Era una joven de ojos verdes y pelo dorado, cuyo canto, hermoso y triste, podía hacer llorar a quien la escuchaba. Ella mantenía guardado elsecreto de su amor por un joven y, cuando andaba sola, cavaba al pie de un guarango para llorar. Una tarde, el hueco se llenó de agua tibia y ella sesumergió desnuda. Al salir vio a un cazador, espiándola. El hombre quedó prendado y la persiguió. La princesa huyó entre las dunas y matorrales.Los arbustos desgarraban la tela que la cubría hasta que quedó enredada en uno de ellos. La tela extendida se hizo arenal. Ella siguió huyendo,desnuda y con su espejo en la mano; tropezó, cayó y el espejo se convirtió en una laguna. La princesa se transformó en una sirena y en las noches deluna llena canta su antigua canción. Esta leyenda inspiró el poema Huacca-China, de José Santos Chocano. Según los pobladores de la zona, hay allíun inmenso pez —una corvina encantada—, que muchos dicen haber visto, aunque nunca llegan a capturarla. Cuando el viento golpea y suenan lasdunas y los cerros, dicen que una vieja está tocando una cajita de madera para aumentar el agua. Existe otra leyenda que, de igual manera, habla deuna bonita joven de ojos verdes que llora tristemente la muerte de su amado. De sus lágrimas, se dice, se originó la laguna. Huacachina es un parajede especial significado para los iqueños, que queda tallado por siempre, como una esmeralda, en la memoria de quien tiene la suerte de visitarlo.
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