La Leyenda del Mole Poblano
Leyenda del Mole Poblano. México
Cuenta la leyenda, que en una ocasión Juan de Palafox, Virrey de la Nueva España y Arzobispo de Puebla, visitó su diócesis, un convento poblano le ofreció un banquete, para el cual los cocineros de la comunidad religiosa se esmeraron especialmente.El cocinero principal era fray Pascual, que ese día corría por toda la cocina dandoórdenes ante la inminencia de la importante visita. Se dice que fray Pascual estaba particularmente nervioso, y que comenzó a reprender a sus ayudantes, en vista del desorden que imperaba en la cocina.
El mismo fray Pascual comenzó a amontonar en una charola todos los ingredientes para guardarlos en la despensa, y era tal su prisa, que fue a tropezar exactamente frente a la cazuela, donde unossuculentos guajolotes estaban ya casi en su punto.
Allí fueron a parar los chiles, trozos de chocolate y las más variadas especias, echando a perder la comida que debía ofrecerse al Virrey.
Fue tanta la angustia de fray Pascual, que éste comenzó a orar con toda su fe, justamente cuando le avisaban que los comensales estaban sentados a la mesa.
Un rato más tarde, él mismo no pudo creer cuando todo el mundoelogió el accidentado platillo.
Incluso hoy, en los pequeños pueblos, las amas de casa apuradas invocan la ayuda del fraile con el siguiente verso: "San Pascual Bailón, atiza mi fogón".
Estas líneas son antecedentes históricos a esta leyenda...
Recién concertado estaba el Plan de Iguala cuando Don Agustín de Iturbide dio al movimiento Emancipador de México su bandera tricolor, encomendando lahechura del primer lienzo al sastre y barbero José Magdaleno Ocampo, quien lo entregó el 24 de febrero de 1821.
Eranse tres hermanas, cuyos padres, legítimos criollos de la Angélica Ciudad de Puebla, tenían palaciega casa en la Calle de Micieses, ángulo del crucero de las Calles de Victoria, costado de San Agustín e Ibarra o San Agustín. Familia de muchos posibles, producto de cuantiosos bienesraíces en la capital del país y en esta población de su residencia; iban o venían, venían o iban de uno a otro sitios.
A la entrada del ejército de las “Tres Garantías”, la familia se hallaba en México: En varias de las diferentes festividades y recepciones que le hicieron al libertador y a su guardia de corpus, las tres hermosas, sobresalientes por su belleza, atuendos y trato, fueron enamoradas porapuestos oficiales, a quienes correspondieron.
La familia regresó a la Angelópolis, pero las tres parejas de novios, que estaban enamorados hasta el delirio, quedaron de verse muy pronto.
¡Bah, muy pronto! Don Agustín iría a la Puebla, que sería la primera Ciudad de la Nación proclamada libre.
Las tres godibles señoritas pidieron a sus prometidos la fecha y forma de halagar al señor De Iturbide.Uno de los oficiales aseguró: “El 2 de agosto de 1821”, y precisó: Al Generalísimo le agradan mucho los guisos regionales, es un excelente gastrónomo, obséquiesele con esto y con un platillo en el que se empleen materiales que tengan los colores de la recién instituida Bandera Mexicana, ¡será gran sorpresa!
¡Magnífico! Aprobaron y se comprometieron las chicas.
-En qué gran conflicto nos hemosmetido, dijo una de las hermanas, sin nada sabemos ninguna de cocinar.
-Pero habrá modo de resolverlo y ¡con urgencia!, añadió otra.
-¡Claro!, optimista dijo la última, y resuelto esta. Expuso: encomendaremos el platillo sugerido a las madres contemplativas agustinas del convento de Santa Mónica; entre ellas hay sabias, magníficas cocineras; dándoles la idea saldremos orgullosamente triunfantes antenuestros apuestos y amados oficiales iturbidistas.
Como lo pensaron, lo ejecutaron.
Las monjas en concilio:
Quieren esas niñas que el platillo sea originalmente poblano, que tenga en su elaboración materiales o productos en que estén los colores de nuestra enseña patria.
Bien, acordaron:
Emplearemos chiles de tiempo de San Martín Texmelucan, que son grandes e imponderables en su calidad; los...
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