la libertad
No se trata de algo inédito, por cierto. Salvo contadísimas excepciones históricas, el aquelarre del sistema de poder de que se trate –capitalista o no-, conlleva engeneral, también, la crisis propia del campo revolucionario, particularmente cuando éste es superado por las circunstancias históricas concretas y queda, al igual que la clase dominante, sin respuestasfrente a las demandas populares
¿Es lo mismo “lucha política” que “lucha de clases”?.
Sin la más mínima pretensión de pasar por Quijote o Sancho Panza reformador del lenguaje nuestro de cada día,creo, sin embargo, que -aunque sea más bien tardíamente, pero todavía a tiempo-, la magnitud y persistencia farandulera de lo que el arrastre cultural burgués ha congelado con el nombre de “política”desde mucho antes de la consolidación del capitalismo, es ya suficiente como para que, de una vez por todas, volquemos al río radicalmente toda nuestra atención y nuestra consideración “analítica”sobre la religiosa hojarasca cotidiano-mediática de “hechos” que se conciben como aspectos del “quehacer” o “devenir” político y que se han ganado y siguen ganándose el ligero y engañoso título de“realidad política” (“nacional” e “internacional”).
Sin entrar en delicadas disquisiciones filosóficas acerca de asuntos psicosociales muy condicionados por nuestra subjetividad también heredada de...
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