La llorona
[...] el peligro de las hordas chichimecas, huachichiles u otras, era todavía latente, la evangelización de los pueblos estaba en pleno desarrollo...
... por las calles abundaban carretas jaladas por bueyes y coches tirados por caballos, ... mucha gente sobre asnos. Ya existían los templos de Tlaxcala, Santiago y Montecillo, San Francisco y suconvento. El río de Santiago llevaba todavía su abundante caudal.
En el sitio que hoy ocupa el magnifico edificio Ipiña, había un pequeño manantial; como el agua ha sido en San Luis un líquido preciado, alrededor de dicho manantial germinó una enorme huerta, donde se erigieron diversas construcciones coloniales: cuartos amplios, alta techumbre, corredores, soportales de arquerías. Una de esascasas precisamente se destinó para recluir, aunque de manera provisional, a las personas que tenían la desventura de caer en manos de los inquisidores, donde eran interrogados, torturados y por fin recibían la sentencia que les aplicaban por herejía, lectura de libros prohibidos, prácticas de sectas religiosas y hechicería.
Una mujer de muchas agallas, conocida como La Maltos, tuvo suresidencia oficial en la casa que acabamos de referir. Se decía que dicha mujer practicaba la brujería, espiritismo, magia negra y otras costumbres que hoy no son perseguidas; e inclusive a mucha personas cultas les ha dado por investigar.
Por paradójico que parezca, La Maltos llegó a obtener mando de inquisidora que en aquellos tiempos significaba tener mucho poder, tanto, que a cualquierpersona quisiera perjudicar, bastaba que le acusara de alguno de esos delitos tan perseguidos para hundirla, ya que sin más investigación, se le aplicaba tormento y muchas veces era deportada o se le mataba en las mazmorras de dicho edificio; es decir, como también ocurría con la inquisición en nuestra Capital mexicana.
El solo nombre de la Maltos infundía pavor pues interrogaba a los reos conlujo de crueldad y gustaba de sacrificar personalmente a sus víctimas. Como además sabía malas artes, decían que tenía pacto con Satanás; en fin, era una mujer diabólica, por todo eso la gente le temía, aún los políticos y personas de renombre, quienes preferían tener amistad con ella en lugar de tenerla como enemiga, porque ya fuera en forma de acusación o por sus brujerías, estaba en condicionesde perjudicar a quien ella quisiera.
Se dice que hacía aparecer en el interior de su aposentos caballos negros, perros descomunales y hasta lobos, así como carretas tiradas por caballos. Se cuenta que solía salir por las calles de la ciudad a horas altas de la noche en un carro tirado por dos briosos caballos, lo cual hacía de la siguiente manera: en el muro de su habitación dibujaba uncoche tirado por dos enormes caballos negros, se colocaba en el puesto de asiento delantero empuñando simuladamente las riendas, pronunciaba unas palabras cabalísticas y ordenaba a los caballos arrancar, entonces cobraban vida, carruaje y corceles, mismos que de forma estrepitosa salían a rodar por la empedradas calles de la ciudad, sacando enormes chispas de fuego: recorría los caminos envuelta enllamas y la gente decía santiguándose: “Allí va la Maltos, la mujer infernal, la bruja”.
Sus fechorías no tenían freno, a tal grado que se complacía en destruir altas personalidades. Al fin la Maltos cometió un grave error de funestas consecuencias; ocurrió que se extralimitó en una ocasión al sacrificar a dos personas de mucha influencia política y económica.
Entonces el alto...
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