la logica
A nadie se le escapa que el periodo de la adolescencia es crucial para nuestros hijos, porque las experiencias e influenciasrecibidas durante esos años determinan en gran medida el futuro inmediato: los primeros pasos como adultos. En este contexto, la televisión se ha convertido, junto a Internet y los móviles, en un riesgo patente para la capacidad de atención y aprendizaje de los adolescentes de cara a su futuro más inmediato. Estudios recientes señalan que más de tres horas diarias viendo la televisión,concretamente, aumentan notablemente este riesgo. La razón es sencilla: la concentración y la capacidad cognoscitiva no son cualidades innatas, sino potenciales que deben ser trabajados y desarrollados, y de una forma más decidida precisamente en estas edades. Esto nos lleva a una realidad innegable: leer un libro o escribir requiere un mayor esfuerzo intelectual que ver programas televisivos de ocio.
Elvisionado excesivo de programas televisivos y la construcción de toda una cultura paralela a su alrededor contribuye, además, a una ruptura clara y rotunda con la enseñanza en los colegios e institutos Lejos quedan ya los tiempos en los que la vida social de los niños y adolescentes tenían como epicentro el aire libre. El progreso y las nuevas tecnologías han llevado a nuestros jóvenes asedentarizarse y, en muchos casos, a limitar su foco de interés a una pantalla.
A nadie se le escapa que el periodo de la adolescencia es crucial para nuestros hijos, porque las experiencias e influencias recibidas durante esos años determinan en gran medida el futuro inmediato: los primeros pasos como adultos. En este contexto, la televisión se ha convertido, junto a Internet y los móviles, en unriesgo patente para la capacidad de atención y aprendizaje de los adolescentes de cara a su futuro más inmediato. Estudios recientes señalan que más de tres horas diarias viendo la televisión, concretamente, aumentan notablemente este riesgo. La razón es sencilla: la concentración y la capacidad cognoscitiva no son cualidades innatas, sino potenciales que deben ser trabajados y desarrollados, y de unaforma más decidida precisamente en estas edades. Esto nos lleva a una realidad innegable: leer un libro o escribir requiere un mayor esfuerzo intelectual que ver programas televisivos de ocio.
El visionado excesivo de programas televisivos y la construcción de toda una cultura paralela a su alrededor contribuye, además, a una ruptura clara y rotunda con la enseñanza en los colegios e institutosLejos quedan ya los tiempos en los que la vida social de los niños y adolescentes tenían como epicentro el aire libre. El progreso y las nuevas tecnologías han llevado a nuestros jóvenes a sedentarizarse y, en muchos casos, a limitar su foco de interés a una pantalla.
A nadie se le escapa que el periodo de la adolescencia es crucial para nuestros hijos, porque las experiencias e influenciasrecibidas durante esos años determinan en gran medida el futuro inmediato: los primeros pasos como adultos. En este contexto, la televisión se ha convertido, junto a Internet y los móviles, en un riesgo patente para la capacidad de atención y aprendizaje de los adolescentes de cara a su futuro más inmediato. Estudios recientes señalan que más de tres horas diarias viendo la televisión,concretamente, aumentan notablemente este riesgo. La razón es sencilla: la concentración y la capacidad cognoscitiva no son cualidades innatas, sino potenciales que deben ser trabajados y desarrollados, y de una forma más decidida precisamente en estas edades. Esto nos lleva a una realidad innegable: leer un libro o escribir requiere un mayor esfuerzo intelectual que ver programas televisivos de ocio.
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