La lucha libre de guilllermo del toro

LA LUCHA LIBRE DE GUILLERMO DEL TORO

El cineasta mexicano estrena su atípico film de superhéroes Hellboy

“No todas mis películas me gustan. Las que más: El espinazo del diablo y Hellboy”, dice Guillermo del Toro, un mexicano de Guadalajara (1964), que brega por un cine personal en Hollywood.
En octubre llega a España su última cinta, Hellboy, basada en un atípico superhéroe de cómic ydonde el cineasta se pone, una vez más, del lado del monstruo, “que es el último representante de todas las minorías del mundo. Porque ni siquiera es humano”.

Por Oscar Fontrodona

Tiene Guillermo del Toro un natural jovial y un humor fácil. De andares pesados —“prefiere que no” le hagamos levantarse para la sesión de fotos—, este hombre gordo, católico y reprimido como su venerado Hitchcockposee, a diferencia del maestro, una nobleza de perro grande, rara de ver, que se me antoja indestructible y que es también la de Hellboy.
Siempre lleva consigo libritos de apuntes que son como un diario donde dibuja monstruos y más monstruos. Me muestra el fantasma, a bolígrafo, de El espinazo del diablo y el primer bosquejo de la boca del vampiro de Blade 2. Saca otro de sus libros, que empieza enel 97 y contiene tres guiones completos que no encontraron financiación, películas soñadas por las que sigue luchando, como En las montañas de la locura, su versión de Lovecraft, que fue el primer proyecto que propuso cuando llegó a Hollywood. “Armo un proyecto y si no se hace en el momento —dice—, no lo abandono. Me quedo fiel hasta que se realiza. El espinazo del diablo llevó 16 años; Cronos, 8y medio; 6 y medio Hellboy… Son más rápidas las que no son tan personales”, sonríe una vez más.

-Cuatro años antes de debutar en Cronos, escribías provocativamente en un libro sobre cine mexicano: “Creo que el cine de géneros es valioso porque tiene reglas muy concretas, que respetas o rompes, pero que sirven para acercarte a un gran público”. Hellboy se ha estrenado en Estados Unidos con 23,5millones de dólares el primer fin de semana, récord de taquilla muy por delante de Scooby-Doo 2 y La Pasión de Mel Gibson. ¿Sientes que finalmente has llegado a ese gran público, como anhelabas?

-Aquel escrito respondía a un pleito generacional con la gente que estaba haciendo cine en aquel momento en México. Porque mi generación teníamos una gran preocupación por reacercarnos a un cinegenéricamente accesible. Y sí se ha dado la conquista de ese público, porque con nosotros se revitaliza la taquilla en el cine mexicano: Alfonso Cuarón hace Solo con tu pareja, que durante muchos años fue la película más taquillera; yo salgo con Cronos, luego viene Alejandro González Iñárritu... Pero lo que ninguno pudo anticipar es que hayamos llegado a hacer películas en Estados Unidos.

-Tú empiezasestudiando guión, con Jaime Humberto Hermosillo, uno de los principales directores mexicanos…
-A mi modo de ver, sí. El vino a Guadalajara y, de modo informal, todos los viernes nos veíamos en casa de un alumno diferente y analizábamos una película de Hitchcock. A mí me tocó postular la primera película que vi de él: Yo confieso, que es una piedra de toque en mi conciencia. Porque yo era un niñocatólico, de la congregación mariana, y me afectaba particularmente el dilema de aquel sacerdote.

-Sobre Hitchcock acabarías publicando un libro. Él y Buñuel, ¿son tus dos referentes?
-Son los dos directores que más admiro en toda la historia del cine. Si tuviera que escoger un tercero, con una pistola en la cabeza, diría: Von Stroheim. Después de esos tres, todo el mundo ha hecho remixes.David Lynch es hijo de Buñuel, Hitchcock tiene miles de hijos: desde Spielberg hasta De Palma, Carpenter… Y hay una estética de Von Stroheim de la que Welles toma cosas. Son los tres grandes monstruos.

-¿Trabajas con storyboard?
-Cuando hay efectos especiales hacemos un storyboard previo. Y si no, llego por la mañana una hora antes que nadie al set y dibujo un storyboard rápido. Yo ruedo seis...