La luz
Mi pasión por Río comenzó en mi fiesta de cumpleaños en el 2005. Solo estaban mis amigos más cercanos. Fuimos desprevenidos, mal vestidos y con muchas ganas de vivir todas las delicias y fantasías de la ciudad. Fue un viaje de altaadrenalina, que me obligó a adorar a esta ciudad y a ese país por el resto de la vida. El fútbol y la música de Brasil me tienen conectado hace muchos años con la gente más bonita del mundo -no es una exageración-, pero después de ese viaje me propuse viajar al país mais grande do mundo varias veces al año. Es fácil llegar, no sólo porque hay vuelos directos todos los días, sino porque ellos, losbrasileños, hacen la vida mucho más fácil. Por ahora voy a tratar de recomendar a un DONJUAN cómo pasar 48 horas en Río de Janeiro: escasos dos días que se van como si fueran las nubes fugaces que vienen del estado de São Paulo.
Tengo que comenzar con la primera sensación, y no precisamente la más grata. El vuelo a la fantasía es de esos que no es ni largo ni corto. Cinco horas de noche, en que esigual de aburrido leer o dormir. El aterrizaje es en São Paulo, muy temprano, y hay que atrapar otro vuelo, que termina por fundirlo a uno por completo. Ya en el avión destino Río de Janeiro, uno quiere ver por la ventana esos paisajes verdes que rodean a la ciudad carioca. Evoco al gran maestro Tom Jobim, porque cualquier día de los años sesenta, cuando llegó al entonces aeropuerto de Galeão,escribió en una servilleta una de sus canciones más amorosas: Samba do Avião, y le decía a su amor, la ciudad donde nació: "Cristo redentor, braços abertos sobre a Guanabara /este samba e só porque, Rio, eu gosto de você". Aproximándose sobre las montañas tropicales de la ciudad, nos anuncian que estamos a punto de aterrizar en el aeropuerto Antonio Carlos Brasileiro Da Almeida Jobim, el nuevo nombre dela construcción desde 1999. Y ahí, saliendo del avión, estaremos 48 horas en la capital del carnaval.
En una esquinita, cerca de los equipajes, un mulato de risa inmensa toca en su saxo, perfectamente afinado, cualquier clásico de la bossa nova. Generalmente es la versión un millón dos mil uno de La Garota de Ipanema. Y ahí empieza el calor de la ciudad. Aunque este músico improvisado podría servisto en cualquier parque de cualquier ciudad, éste siente en su sangre otras cosas. Oyó desde su cuna todos los instrumentos imaginables y creció abrazado con fuerza a sus raíces africanas. Primer consejo: Si no sienten amor por la música, no se aparezcan por Brasil.
De camino al hotel no hay muchas novedades. Montañas, túneles, favelas y mucho mar. Recomendaría tres lugares para quedarse. Sontotalmente opuestos, pero para todos los gustos. Comencemos con el hotel más clásico de Río, el célebre Copacabana Palace (Avenida Atlântica 1702 Tel. +55 212 548 7070, e-mail: reservas@copacabanapalace.com.br), que con su imponente blanco rompe toda la arquitectura de sus vecinos, setentera y desordenada. En las paredes de sus cuartos -en los que se han filmado varias películas y comerciales detelevisión- están los secretos de grandes como Fred Astaire, Walt Disney, Marcelo Mastroianni y demás miembros del clan.
El segundo es uno de esos conceptos de moda: el Hotel Fasano (Avenida Vieira Souto 80 Tel: + 55 213 202 4000., e-mail: rio@fasano.com.br), considerado una boutique. Aunque admito que los hoteles grandes son muy difíciles de manejar precisamente por lo grandes, los boutiquehoteles son a veces insignificantes. Para mí, en contra de la creencia general, las mejores cosas vienen en empaques grandes, no pequeños. La diferencia del Fasano con los demás de su género es que hay de todo. De la familia Fasano, dueña del hotel original y muchos restaurantes en Brasil, no hay nada mejor que este lugarsote. Fue inaugurado hace muy poco, tiene toda la comida y los servicios...
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