La Mal Educada
Colombia aprende expedita de antimodelos mostrados por los dueños del abuso de poder, que
se multiplican como septicemia.
Por: Ana María Cano Posada
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Esa dirigencia del país, pariente de la delincuencia, parecidas como dos gotas de agua, resulta espejo en el que se miran los “emprendedores”, los que responden “usted no sabe quién soy
yo”, truncan vidas al volante con prepotencia y embriaguez, construyen carteles de pañales, cuadernos y papel higiénico, bajan especificaciones en materiales de construcción para subir
utilidades y actúan como aplanadoras sociales. Discriminan al que sea distinto e inducen a la violencia que tiene caldo de cultivo en quienes comienzan. Una generación de vencidos se
copia al carbón en ávidos que llegan a tomarse lo suyo.
Esta educación informal, inducción perversa, la reciben hábiles herederos de mañas del país descorregido, que no tiene antídoto conocido todavía.
Ante urgencias de empleo, salud, alimentación, justicia y hasta ausencia de agua potable, termina siendo la educación un tema aplazable. Se deja en manos de colegios y profesores
que saltan a relucir cuando reprueban las pruebas. Asunto de indicadores, comparativos,
visiones inmediatistas. La sociedad se descompone entera, pero sus educadores atienden exigencias de último minuto. Las dos ministras de Educación, María Fernanda Campo y la
actual, Gina Parody, han hecho la tarea de responder al paso al descomunal atraso educativo con el cual hemos llegado a donde estamos. Y claro, es imposible no improvisar métodos en la
premura de salir con algo. Superficialidad aplicada a un asunto de fondo.
Algunas cifras asaltan: las mayores inversiones educativas se hacen en la región Caribe y allí
mismo se obtienen los peores números. Antioquia lleva varios años postulándose como la más ...
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