La Maria
PAG
INTRODUCCION 7
CAPITULO I - IX 8
CAPITULO X - XVII 9
CAPITULO XVIII -XXV 10
CAPITULO XXVI - XXXV 11
CAPITULO XXXVI - XLII 12
CAPITULO XLIII - LII 13
CAPITULO LIII - LVIII 14
CAPITULO LIX- LXIV 15
CAPITULO LXV 16
CONCLUSIONES 17
BIBLIOGRAFIA 18
ANEXOS 19LA MARIA
CAPITULO I: Era yo niño aún cuando me alejaron de la casa paterna para estudiar, mis hermanas al decirme sus adioses las enjugaron con besos. María esperó humildemente su turno, y balbuciendo su despedida, juntó su mejilla sonrosada a la mía, helada por la primera sensación de dolor.
CAPITULO II: Pasados seis años, regrese al valle. Mi corazón rebosaba deamor patrio. La naturaleza y su olor me recordaron de mi niñez, cuando traté de reconocer en las mujeres que veía, a las hermanas que dejé niñas, María estaba en pie junto a mí, fue su rostro el que se cubrió del más notable rubor cuando al rodar mi brazo de sus hombros rozó con su talle; y sus ojos estaban humedecidos, aún al sonreír a mi primera expresión afectuosa.
CAPITULO III: A lasocho fuimos al comedor, María me ocultaba sus ojos tenazmente; pero pude admirar en ellos la brillantez y hermosura. La conversación se hizo entonces confidencial entre mis padres y yo. Qué bellas flores! Exclamé al ver todas las que del jardín y del florero cubrían la mesa, María recordaba cuánto te agradaban, observó mi madre. Volví los ojos para darle las gracias, y los suyos se esforzaban ensoportar aquella vez mi mirada.
CAPITULO IV: Dormí tranquilo, como cuando me adormecía en la niñez uno de los maravillosos cuentos del esclavo Pedro. Soñé que María entraba a renovar las flores de mi mesa, y que al salir había rozado las cortinas de mi lecho La voz de María llegó entonces a mi oído dulce y pura. Luego que me hube arreglado ligeramente los vestidos, abrí la ventana y divisé a Maríaen una de las calles del jardín, acompañada de Emma.
CAPITULO V: Habían pasado tres días cuando me convidó mi padre a visitar sus haciendas del valle, y fue preciso complacerlo; En mi ausencia, mi padre había mejorado sus propiedades notablemente Pude notar que mi padre, sin dejar de ser amo, daba un trato cariñoso a sus esclavos, se mostraba celoso por la buena conducta de sus esposas yacariciaba a los niños.
CAPITULO VI: ¿Qué había pasado en aquellos cuatro días en el alma de María? En cada encuentro palidecía, recogía las más bellas flores del jardín para engalanar mi cuarto
CAPITULO VII: Cuando hizo mi padre el último viaje a las Antillas, contaba yo siete años cuando regresó mi padre, y desdeñé los juguetes preciosos que me trajo de su viaje por admirar aquella niña tanbella, tan dulce y sonriente.
CAPITULO VIII: Emma llamo a mi puerta para que fuera a la mesa. No estaba María en el comedor, notando mi padre un asiento desocupado, preguntó por ella, y Emma la disculpó diciendo que desde esa tarde había tenido dolor de cabeza y que dormía ya. La duda vino a agravar la turbación de mi espíritu. Dudé del amor de María. ¿Por qué, pensaba yo, se esfuerza mi corazónen creerla sometida a este mismo martirio? Considéreme indigno de poseer tanta belleza, tanta inocencia.
CAPITULO IX: Al levantarme al día siguiente cuando amanecía, cogí el camino de la montaña. Al internarme, la hallé fresca y temblorosa bajo las caricias de las últimas auras de la noche. Púsele al buen viejo en la cintura el cuchillo de monte que le había traído del reino, al cuello detránsito y Lucía, preciosos rosarios, y en manos de Luisa un relicario que ella había encargado. Tomé la vuelta de la montaña cuando era mediodía por filo, según el examen que del Sol hizo José.
CAPITULO X: A mi regreso, que hice lentamente, la imagen de María volvió a asirse a mi memoria. Levantó María otra vez los ojos, fijándolos en el ramo de azucenas que tenía yo en la mano izquierda,...
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