la matanza
Melas, España; Invierno de 1701
La gente del pequeño pueblo de Melas, como en todo pueblo chico, tendía a preocuparse bastante por las apariencias, y a mantener sus respectivos roles en la sociedad. Todos atendían a lamisa del Padre Iñaki los domingos a las nueve, compraban su pan y leche al vendedor de confianza, don Benito, y saludaban al Conde Cortez al pasar por la plazuela principal. Sí, todo parecía ordinario y rutinario en el pequeño pueblo de Melas. Y siempre, todos esperaban con ansia que llegara el domingo. No era por ganas de escuchar el sermón del viejo Padre Iñaki, no.
Los domingos por la tardetambién se llevaban a cabo las ejecuciones en la horca de las acusadas de brujería. Éstas tomaban lugar los domingos a petición del Padre Cristóbal, el otro cura del pueblo, ya que decía que Dios tendría más misericordia de las pobres almas en su día. Niños, jóvenes y adultos atendían a este espectáculo como si fuera la mayor atracción del circo.
Irene Andaluz había llegado al pueblo hacemeses. La pobre reciente huérfana venía a vivir con su tía, la Vieja Iturralde, ya que no tenía otro pariente cercano. Al poco tiempo, por su deslumbrante belleza, los jóvenes pretendientes hacían fila fuera de su casa; pero ella nunca les hacía el menor caso. Como su tía, ella era introvertida y se guardaba para sí misma. La verdad es que Irene sentía que los viejos del pueblo siempre la miraban dereojo, que la rechazaban; como esperando una razón para condenarla. Aunque nadie lo decía en voz alta, después de todo, la Vieja Iturralde tenía grandes influencias en el pueblo, y en Melas la gente tendía a preocuparse bastante por las apariencias.
SANTA INQUISICION
Ahora, recordaba sus primeros días en Melas como algo lejano. Todo comenzó cuando un día, paseando por la plaza, conoció a JoséJoaquín Caballero, de quien se enamoró de pies a cabeza.
Ellos se convirtieron en amigos muy unidos gracias a sus caminatas por la plaza, pero casi nunca tenían tiempo solos, ya que Alejo Macías era un pretendiente de Irene y siempre insistía en acompañarlos. Otro obstáculo que Irene veía era que José Joaquín ya estaba comprometido para casarse con Lía Madrigal, una de las “buenas chicas delpueblo”, pero a Irene no le importaba; cuando ella quería algo, lo conseguía.
Un día, Alejo molestó tanto a Irene con piropos superficiales y cantos de amor eterno, que, en su desesperación, Irene le gritó, “algún día te vas a transformar en algo que nunca más te dejará anunciar tu amor a una mujer”. No importó cuánto ella explicó que era un dicho popular en su lugar de origen, igual se ganó unaacusación de brujería y estaba en “prueba”. Había tropezado.
Esa misma noche la encontraron en la cama con José Joaquín, y las familias aseguraban que sin un hechizo o algo de esa naturaleza el joven jamás le hubiera faltado a Lía. La prueba se había acabado, y ella no había pasado. Ahora, mientras las autoridades hacían caso omiso a los reclamos y protestas de su tía, Irene estaba encerrada enla prisión de Melas, esperando a ser juzgada, y, muy probablemente, ejecutada.
Primer día del juicio
Irene Maité Andaluz Iturralde, se le acusa de brujería en segundo efecto. ¿Cómo se declara? -dijo el fiscal Donosio.
¿Segundo efecto? -preguntó Irene.
Has efectuado, que se conozcan, dos hechizos: a José Joaquín y has hecho desaparecer a Alejo Macías. Ahora, si rompes los hechizos, estejurado tendrá piedad de ti.
Alejo… ¿desapareció? Es la primera vez que yo escucho esto. Y, además, lo que pasó entre José Joaquín y yo no es problema de nadie más que nosotros.
Le recuerdo, señorita Andaluz, que esto no es más que una formalidad. Tengo aquí una carta firmada por el Conde Cortez que dice que puede ser ejecutada en nombre de la Ley del Pueblo de Melas. Le estamos dando...
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