LA MEDIDA DE LA REALIDAD
Las mediciones suelen ser de algo definido –cien metros de camino, de prado, de lago-, pero cien horas son un centenar de horas de…tiempo.
La insustancialidad del tiempo eraincomprensible para nosotros, pero permite a los seres humanos imprimir en él su propia concepción de las partes en que se divide. No es extraño que los europeos occidentales de la Edad Media dieran en la medicióndel tiempo su primer paso gigantesco hacia la metrología práctica. Tampoco es extraño que ello ocurriera en la medición de las horas, más que en la reforma del calendario. Las horas no estabandelimitadas por acontecimientos naturales, sino que eran duraciones arbitrarias y susceptibles de definirse de modo también arbitrario. Los días, en cambio, también tales límites en la oscuridad y la luz,y, además, los calendarios eran artefactos de milenios de civilización, plagados de incrustaciones de costumbres y santidad.
En el caso de los campesinos los horarios eran aproximados: el tiempometeorológico, al amanecer y el atardecer dictaban su ritmo de vida. Pero las horas tenían una importancia fundamental para los habitantes de las ciudades, a quienes el comprar y el vender ya habíaniniciado en la moda de la cuantificación. Su tiempo ya era oro, como lo llamaría Benjamin Franklin, hombre al que prefiguraron.
La palabra inglesa que significa “reloj”, clock, está emparentada con lafrancesa cloche y la alemana glocke, que significan campana. En la Edad Media y el Renacimiento la vida en las ciudades seguía el ritmo que dictaban las campanas. Pero las horas que daban al empezar elsegundo milenio eran canónicas e imprecisas, y había demasiado pocas por día para proporcionar un ritmo que conviniera a las actividades urbanas.
Los habitantes de los Burgos comprendían el Alor prácticode los relojes, se encontraban a gusto con la cuantificación y eran hábiles en el manejo de las máquinas, pero eso no significa necesariamente que inventasen el reloj mecánico. Si la historia fuese...
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