LA MEDITACION EN LOS NIÑOS
Así pues, espacio va dirigido a todos aquellos adultos que deseen enseñar a meditar a los niños, incluyendo a los padres, profesores, líderes de asociaciones juveniles, asistentes sociales, psicólogos, asistentes eclesiásticos, abuelos, tíos, tías y cualquiera que esté en contacto con niños por la profesión que desempeña y que quiera ayudarles a aprovechar al máximo lasextraordinarias posibilidades de su mente.
Los niños son seres muy impresionables y muy abiertos a la dirección e influencia de los adultos. Aun así, cualquier intento de introducirles en la meditación se debe hacer con suma prudencia y sensibilidad, y no sólo les tiene que capacitar para meditar, sino también para apreciar, por sí mismos, la utilidad de la meditación. Esa capacidad de evaluación esla que les permitirá decidir si estas técnicas les resultan o no positivas. De entre todas las actividades, la meditación quizá sea una de las pocas en que el éxito depende principalmente de la participación voluntaria. Por otro lado, dado que cada cual tiene que trabajar con su propia mente, los niños deben tener el derecho de aceptarlo o rechazarlo según su criterio.
Este espacio pretende ayudara introducir a los niños en la meditación de una forma fácil, eficaz y con la actitud correcta. No es, ni mucho menos, prescriptivo, sino que proporciona una amplia gama de técnicas y conocimientos. Cada cual podrá elegir, con plena libertad, los que sean más apropiados para sus hijos y sus circunstancias.
En la mayoría de los casos que citamos en este espacio hablamos de los niños como ungrupo, pero casi todo lo que decimos resulta igualmente aplicable a los padres y a otras personas que trabajen con un solo niño. Como ya hemos indicado, esta espacio está destinado tanto a los padres (familias biparentales o monopa-rentales) como a los maestros y profesores que trabajen con grandes colectivos.
Tenemos muy presentes tres objetivos generales:
1) Que seas capaz de transmitir el valorintrínseco de enseñar a meditar a los niños.
2) Que facilites los conocimientos básicos necesarios para trabajar con niños desde, aproximadamente, los siete años hasta los dieciocho, y ofrecer un abanico, lo más amplio posible, de ejercicios prácticos para que puedas seleccionar los más adecuados para llevar a buen término tu labor docente.
No todos los ejercicios se adaptan a todas lassituaciones, y lo que funciona bien en un grupo reducido de niños puede que no sea útil con una clase muy numerosa. Serás tú quien mejor juzgue cuándo debes utilizar los ejercicios tal cual se proponen y cuándo hay que adaptarlos de una u otra forma para que se ajusten al contexto en el que trabaja. La edad de los niños es otra variable muy importante; hablaremos de ella más adelante.
La cualidadimprescindible del profesor es, en realidad, doble: estar interesado en la enseñanza y sentir un profundo afecto por los niños. Por más que te esfuerces en conseguirlo, nadie que carezca de esta doble cualidad puede enseñar satisfactoriamente a los niños, y eso es válido tanto si se trata de meditación como de matemáticas o cualquier otra disciplina. Un buen profesor no ordena ni obliga a los niños ahacer las cosas, sino que trabaja con ellos y sabe que, con un conocimiento sensible y cooperativo de sus necesidades y de sus vulnerabilidades, se consiguen excelentes resultados ahí donde los gritos y el exceso de autoritarismo suelen fracasar. El buen profesor también es consciente de que no basta con enseñar algo al niño, sino que lo ideal es conseguir que éste se interese al máximo por lo que...
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