La Mejor Crítica

Por Richard Wolkomir
Rebosaba yo de autocomplacencia, cuando me topé con el empresario del teatro. Sus palabras, aunque sencillas, me hirieron como un arpón.

La mejor crítica
Al terminar mi segundo año en la universidad, trabajé durante el verano como aprendiz de reportero en el periódico de mi pueblo natal. Consideré esa actividad un paso hacia adelante para llegar a ser un “literato”. Noentendía muy bien el significado de tal palabra, pero estaba seguro de que implicaba a una persona “refinada”. El significado de “refinada” me resultaba tan vago como el de “literato”, pero estaba convencido de que se relacionaba con parecerme al director de nuestro periódico.
Este hombre era un auténtico literato; un poeta de pelo un poco largo, bigote ralo y penetrantes ojos azules. Sus versosse publicaban en buenas revistas y siempre hacía comentarios irónicos e ingeniosos. Yo anhelaba adquirir también aquella mirada superior, aguda, para los defectos y errores ajenos.
El gran acontecimiento de aquel verano fue la llegada de una compañía de actores, cuyos jóvenes integrantes, con gran entusiasmo, empezaron a convertir en teatro el ruinoso almacén de un cercano centro vacacional. Elempresario se presentó en las oficinas de nuestro periódico y explicó que los actores estaban ensayando cuatro obras distintas, que presentarían alternativamente. ”Estos muchachos están realizando un gran esfuerzo”, concluyó en tono de preocupación.
El director del diario y yo fuimos varias ocasiones en auto a presenciar los ensayos. Arrellanados en butacas de la última fila, mi jefe me susurrabadivertidos comentarios, porque los artistas seguían cometiendo errores y torpezas. A mí, todo aquello me parecía deliciosamente mundano.
Luego salíamos de la magia del teatro, y yo reanudaba mi verdadero trabajo, que consistía en redactar notas periodísticas de la índole de “Nuevo Carro Bomba para el Cuerpo de Bomberos Voluntarios”. Yo, literato en ciernes, ansiaba ejercer mi pluma en unmaterial más pintoresco. Deseaba escribir algo que mereciera el aplauso del director; ahora bien, nuestro pueblo carecía de un círculo social elegante, cuyas brillantes hazañas pudiera yo reportear; sólo vivía allí gente que trabajaba con tesón para pagar el alquiler de la casa y comprar víveres. Pero… contábamos con el nuevo teatro…
A una reportera titular se le asignó la reseña de la obra. Noobstante, decidí asistir al estreno y escribir otra reseña, sólo para que el director la leyera. Quizá la publicara, si mi artículo tuviera garra y elocuencia; pero su sola aprobación significaría suficiente recompensa para mí.
La noche de la función inaugural, hubo teatro casi lleno. Las personas sentadas junto a mi comentaron elogiosamente que la compañía hubiera aprendido cuatro obras y construido elteatro al mismo tiempo.
Saludé con la mano, desde lejos, a la crítica oficial de nuestro periódico. Era una viuda alta y bondadosa, que sin duda escribiría una reseña encomiástica. Yo llenaría mi reseña de observaciones sarcásticas y mordaces.
La mayoría de los actores era sólo un poco mayor que mis 19 años. Advertí que la bonita protagonista, de negra cabellera, estaba nerviosa por el estreno.Me dolió que se equivocara en la primera línea; mas pensé que eso le parecería divertido a mi director, así que tomé nata del error.
También observé que el actor principal entró en escena por donde no debía. Improvisó hábilmente un pequeño parlamento que orientó a los demás actores; sin embargo, no tomé nota de eso, porque no se prestaba al sarcasmo.
Al salir, después de haber concluido la obray la ovación del público en pie, me encontré con la reportera titular.
-¿No es maravilloso tener un teatro así, aquí en nuestro pueblo? – Comentó - ¡Y los actores son tan entusiastas!
Asentí, abstraído, preocupado por las elaboradas frases irónicas que redactaría.
Trabajé hasta altas horas de aquella noche para pulir mi artículo. Al día siguiente, se publicó la reseña crítica titular. Como la...