la mentalidad española para la conquista espiritual
1. ordenando elespacio colonial
“… de manera que parece esta tierra más tierra de Babilonia que de don Carlos”[1].
En el año de 1550, una de las colonias españolas en América llamada por los invasores “Nuevo Reino de Granada”, se estaba preparando para dejar atrás su condición de territorio de conquista y de misión, convirtiéndose en sede de una Audiencia Real y de un obispado. De esta forma se completabael proceso de establecimiento de la colonia. Crear un asiento permanente de la autoridad real y de la autoridad divina se constituía en el paso siguiente, luego de la “pacificción” por medio de la guerra. Los soldados y sus capitanes se habían distribuido la población indígena por medio de encomiendas adjudicadas por los jefes militares y no por el rey, como lo exigía la legitimidad jurídica,propiciando de esta manera incontables luchas entre los caudillos de la llamada conquista, que aspiraban a poseer una encomienda de las más ricas en tributos y tributarios[2].
Para que la colonia funcionara adecuadamente, al lado de los encomenderos debían estar los abogados, los administradores coloniales y los religiosos. Estas avanzadas de la civilización cristiana requerían de la acciónconjunta de Dios (la Iglesia católica postridentina) y del Rey español. Por esta razón, en febrero de 1553, dos años después del arribo de los oidores de la nueva Audiencia, llegó también a Santa Marta Juan de los Barrios, un franciscano extremeño, formado en un convento de la provincia de los Angeles, de carácter férreo, apariencia recia y elevadas ambiciones temporales[3]. El Consejo del Rey lo habíapropuesto ante el Papa para ocupar la silla del obispado de Santa Marta y el título de protector de los indios. Junto con él, llegaban los esfuerzos de la Iglesia colonial del siglo XVI por ocupar un papel destacado en la toma de decisiones sobre la organización (policía) y evangelización de las poblaciones indígenas del Nuevo Reino, integradas al Imperio español desde hacía poco tiempo medianteuna rápida invasión. Su dominio abarcaba territorios aún sin “pacificar”, donde había que predicar la doctrina y costumbres cristianas. Pero también debía encargarse de volver a instaurar el “orden” perdido en las provincias ya cristianizadas, pues de acuerdo con sus denuncias enviadas en carta al Consejo del Rey en 1553, los frailes de las órdenes religiosas habían huido de la ciudad de Santafé. Ladiócesis de fray Juan de los Barrios no poseía iglesias, ni sacerdotes para predicar, situación que fue denunciada por el mismo hermano Juan desde Tamalameque, agregando, además, una queja que habría de ser recurrente, la baja calidad moral del clero:
es grande la falta de cristiandad que hay en estas partes, no solamente en los naturales pero aun peor en los españoles y aun peor en los...
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