La mirada adolescente sobre el trabajo

“Trabajar constituye un deber indispensable para el hombre social.”
Jean Jacques Rousseau

No podemos negar que todo hombre es un ser social, por lo tanto parece ser que todo hombre en su calidad de integrante de una sociedad tiene el deber y el derecho a trabajar, entendiendo el trabajo como aquella actividad que las personas realizan a cambio de un pago por la realizacióndel mismo. Ahora bien, es en el momento del final de la adolescencia; el comienzo de la juventud donde el sujeto se enfrenta a la entrada al mundo laboral. Esta entrada al mundo del trabajo se identifica como rol o actividad propia de esta etapa de la vida (Marchesi y otros, 1994) y como una de las tres grandes tareas de la vida, una de las tres amplias tareas de la experiencia humana a las quese debe enfrentar cada individuo (Adler, 1999).
El objetivo de este trabajo es tratar de entender de qué forma este rol se articula con el proyecto de vida que el joven debe empezar a planear en este momento. Para Delval (1994), este proyecto de vida no tiene que ver sólo con un plan de la vida individual, sino que el hecho de verse como un adulto conduce a ser capaz de examinar la sociedadadulta y frecuentemente examinarla de una manera crítica. Es aquí donde aparece el joven idealista, que intentará por medio de su trabajo no sólo plenificarse él mismo sino que también buscará modificar la realidad en la que está inserto. Podemos entender este ideal como el sentimiento social (Adler, 1999), espíritu comunitario que conduce a la lucha por una comunidad ideal basada en lacooperación y en la igualdad personal.
Sin perder esta perspectiva del hombre como ser social, debemos pensar qué significa en la vida de cada joven la búsqueda de una profesión, de un trabajo, de una actividad útil. Sin embargo, la primera dificultad que aparece es que muchas veces, no coinciden profesión o vocación con el trabajo que el joven consigue para sostenerse económicamente, no todo elmundo trabaja en aquello que le gustaría trabajar (Marchesi y otros, 1994) y quizás esto haga que esta inserción laboral sea vista como un carga, como una mera responsabilidad, tarea que debe realizarse ya que se ha crecido y se ha entrado en el mundo adulto; lo que parece primar en la respuesta de una de las jóvenes consultadas (Pía, 19 años).
En la mayoría de estos jóvenes consultados, laentrada en el mundo laboral es lo que permite la construcción de este proyecto de vida, es lo que les brindará una base segura desde la cual planificar sus futuros, entendiéndola como aquel medio para hacerlo y no la finalidad del mismo. No se trabaja por el hecho de hacerlo, se trabaja para independizarse, para salir de la casa paternal, para sentirse útil, para ganar el dinero propio. Llama laatención que en ninguno de estos jóvenes aparece la idea de trabajar para realizarse o para modificar algo del medio en el que viven; pudiendo entender esto como una muestra de la cultura individualista en la que les ha tocado vivir que se contrapone con la idea de que el interés social y la cooperación social suponen la salvación del individuo (Adler, 1999). Aún no han experimentado de esta formala capacidad de trabajar y sólo lo consideran desde la posibilidad de dinero que les brinda lo que les permite independizarse.
Ya la misma elección de una carrera constituye una parte importantísima del proyecto o plan de vida, implica haber constituido una adecuada búsqueda de la identidad, tarea propia de la adolescencia que permite la salida al mundo externo desde la estabilidad y laposibilidad de la planificación de un futuro laboral. Ésto conlleva un conocimiento más certero sobre sí mismo, la posibilidad de reflexión y de autoconocimiento, considerado como intimidad por Erikson, rasgo esencial de esta etapa que surge en simultáneo con la inserción en el mundo profesional, ya que la generatividad y productividad son las actividades principales de esta etapa vital (Marchesi y...