La Misteriosa E Increíble Historia De La

La misteriosa e increíble historia de la "Fonda Sarita"

El clan, clin, clan del cincel parecí una melodía cuyo ejecutante, un albañil, abría un hueco en la pared de una vieja accesoria. Iba a colocar un lavabo en el pequeño baño.
La señora Chofi, Sofía viuda de Inclán, acababa de alquilar el local para poner una fondita. Tenía tres hijos: Rocio (Chío), María de Jesús y Leonardo (Leo). Chío leayudaría menos por que estudiaba par estilista. La señora Chofi abrigaba muchas esperanzas de salir adelante con sus hijos.
-Sí, la renta es cara, doña Sofía, pero el local está muy bien ubicado- dijo el administrador del lugar, un licenciado que hacia aros de humo con su cigarro mientras hablaba. Esto le parecia muy curioso a Leo.
"Además, cualquier arreglo va por su cuenta. La dueña, mi cliente,la señora Hassim no me autorizo ninguna rebaja en la renta. También me dijo que le comentara que haga todo con cuidado, porque el inmueble es muy antiguo"
El edificio donde estaba el local, como de cien años de antigüedad, tenía tres pisos de techos muy altos y dos hileras de ventanas con anuncios como: Claudia Ivett, ropa para dama. Doctor Fausto Vilchis, enfermedades de la piel. Fotos al minuto,despacho 3, suba.
Y ahora, en la planta baja, estaría el de la Fonda Sarita, que Leo pinta en una tabla con colores alegres: rosa mexicano, azul pavo y morado. Su mamá lo ve con ternura y orgullo, piensa que su niño un día llegará a ser un gran pintor.
-No: mejor que sea un gran arquitecto, o ingeniero o...- pensaba. De sus sueños dulces la despertó la voz del albañil -Seño, venga tantito.
Eltono misterioso y la mirada huidiza de este hombre preocuparon a Sofía, pero mas extrañeza y sobresalto le causo ver lo que señaló: en el bañito de la accesoria había una calavera con una cabellera larga negra, que pareció mirarla, desde un montón de cascajo.
-Nomas le di un poco fuerte y se desgajo- dijo el albañil refiriéndose a la pared.
En el hueco, al fondo, como a medio metro, está el resto delesqueleto. Un vestido negro cenizo de polvo y telarañas mantiene en su sitio, colgado de unas cadenas, aquel conjunto de huesos.
Leo está fascinado, nunca había visto un esqueleto de verdad; solo en libros, en la tele, el cine y en vitrinas de los museos.

Su mamá lo aleja, le ordena que no lo toque. Al albañil le paga y le pide que regrese el día siguiente. Está desconcertada, sabe que tendráque avisar al licenciado, pero este puede enfadarse y reclamar que daño el lugar; que quizás vendría alguna autoridad, que tal vez haría investigaciones que retrasaran sus planes. También se le ocurre que debería ir por un sacerdote o... No sabe qué hacer. Y cuando le pasa eso, prefiere consultarlo con su almohada. Como ya está anocheciendo decide cerrar; dejar todo como está y regresar por lamañana.

- Leo, Leo, vámonos hijo.- Dice doña Sofía desde la entrada.

El niño sale y ayuda a bajar la cortina de lámina para cerrar.

-¿Qué hacías adentro, Leonardo?.

-Nada mamá- contesta con demasiada inocencia. Y ambos se alejan.

A Leo le había parecido que aquel esqueleto, si había estado tanto tiempo ahí colgado, merecía descansar. Y así sin que su madre lo viera, rápidamente lo había liberado delas cadenas que lo sujetaban al muro.
Al caer el esqueleto, amortiguado por el vestido, a Leo le había parecido oír que exhalaba un suspiro de alivio. También le llamo la atención un camafeo con perlas que el vestido tenia prendido en el cuello.
Al otro día llego doña Chofi a la accesoria, dispuesta a afrontar el problema. Ya había hablado con el licenciado por teléfono y de pasada por laiglesia más cercana había consultado a un sacerdote.
No quiso entrar al baño hasta que llegaran los demás, pues le desagradaba ver los restos de esa mujer asesinada en forma tan cruel y extraña. Aunque ya el padre le dijo, cuando le describió el hallazgo, que no era raro que en épocas pasadas se cometiera ese tipo de crímenes.
El licenciado se topó con el sacerdote a la entrada del local, y juntos...