La Modernidad Como Autorreflexión. N. Casullo

“La modernidad como autorreflexión” - Nicolás Casullo.
Teórico Nº1

Cuando queremos hacer mención a la historia que sucede, la complejidad que presenta la sucesión de tantos hechos ocurridos a lo largo de doscientos cincuenta años regidos por el régimen capitalista burgués impide un análisis sencillo. Por esta razón, es posible abordar un estudio desde determinados factores para disminuirobstáculos, como por ejemplo, basarnos en lo económico – con todo lo que esto implica, lo político, lo filosófico o lo estético.
Una manera de alcanzar un conocimiento más completo, sería mediante la vinculación y articulación de estas variables que dan vida al mundo de las ideas, designadas como “Principales Corrientes del Pensamiento Contemporáneo”, encargadas de dar lugar a las cosmovisiones,valores y demás herramientas que nos constituyen.

En la actualidad, se cataloga de “moderno” a aquello que todo el mundo usa, a lo último en tendencias. En la antigüedad romana el término ya era utilizado, pero para designar a lo “reciente”; pero el vocablo, a pesar de sus diversas aplicaciones, hace mención a una particular condición de la historia, que se dio de manera consciente en lospensadores recién a partir de los siglos XVII y XVIII en Europa.
Es para esta época entonces, cuando el mundo discutirá en términos de “antiguo” y “moderno”, y el hombre accederá a esta nueva condición a través de los avances tecnológicos y descubrimientos científicos que lo irán concientizando.
Esta modernización que se va dando tiene como principal necesidad el encuentro de una nueva comprensión delmundo ajena a lo conocido, y consciente gracias al entendimiento de que “el mundo es la representación que nos hacemos de él”; lo que conlleva a una nueva comprensión de lo real en su conjunto.

Esta particular condición surge como respuesta ante el quiebre de la vieja representación teológica del mundo – reforzada por la crítica de un ser humano embebido de experiencias-, que en determinadaépoca se afianzó a la historia dando lugar a una única narración regida por los dogmas judeocristianos.

Ante esta ruptura o “muerte de Dios” como la llama Nietzsche en respuesta ante la hipocresía dominante, los dogmas eclesiásticos, lo autoritario de la religión, los tiempos modernos van ganando adeptos.
El plan de Dios era visto así, por los modernizadores liberales como un obstáculo paraconocer la verdad objetiva por vía científico-técnica, a pesar de que, ciertas preguntas esenciales, los avances aún hoy no pudieron resolver, y sólo queda limitarse a la providencia y divinas causas de Dios; aun con la única certeza del final: la “vida eterna”.

Este proceso lento y acelerado a la vez, en su complicación como creyentes y revolucionarios a la vez, convencerá a los pensadores de lanecesaria articulación entre ambas representaciones, generando un proceso que aún no concluye.

La desacralización del mundo en pos de una representación racionalizadora en un mundo hegemonizado, cierra una historia, dando paso a una nueva, provocando las diferentes posturas de los actores sociales.

Este proceso surgido en Europa por el siglo XVIII, conocido como “Siglo de las Luces”, entreotras enunciaciones, termina de sistematizar el pensamiento en el que, y por el que hoy nos movemos.
Cada una de las variables que en un principio dividimos el análisis surgirá ahora como una nueva identidad.
Así es, que en lo moderno aparece un nuevo poder, insólito, temido por la Iglesia, el Rey y las demás autoridades de la época: el autor. Gracias a esto en América los escritos de Montesquieu,Rousseau y Voltaire, entre otros, hicieron eco en nuestros héroes de mayo, y por otra parte, en los caudillos de la Revolución Francesa.

Estos lectores dedicados a las armas, la rebelión y la política, ayudados por los grandes autores universalistas, forjaron un cambio radical en la historia al llevar a la acción las nuevas ideas. De todas maneras, dichos escritores –movidos por sus ansias...