LA MONEDA DEL ABUELO
LA MONEDA DEL ABUELO
Obra teatral de LUIS HERNÁEZ
PERSONAJES
EL ABUELO: Anciano dueño de un kiosco.
DOÑA MARTINA: Vecina de la cuadra.
DOÑA ROSITA: Vecina de la cuadra.
JOSÉ: Niño, hijo de Rosita
LECHERO: Proveedor.
ACTO I
ESCENA 1
(Entra el abuelo caminando lentamente. Llega al kiosco, lo abre, saca un plumero; limpia, tararea ensimismado una canción. Susmovimientos son lentos, casi cansados, cariñosos. Observa su kiosco, estira la banqueta, sus¬pira contento, se sienta. Del bolsillo soca una armónica y se pone a tocar. Cuando comienzan los parlamentos, el sonido se hace más suave.)
ESCENA 2
(Lechero y Martina. Al costado, el abuelo.)
(Entra por el costado derecho caminando con alguna dificultad, con dos tarros grandes de leche y uno pequeño,que es el que usa para medir la leche que entrega en las casas. Se detiene ante la puerta de Martina y golpea.
Trajina con sus tarros. Vuelve a golpear, entra y con alguna impaciencia gri¬ta.)
LECHERO:¡ Leche...!
MARTINA: (Desde adentro.) ¡Ya va!, ¡ya va ...! (Abre puerta.)
LECHERO: Buen día, doña Martina.
MARTINA: ¿Qué dice?
LECHERO: ¡Dije que buen día...!
MARTINA: ¿Buen día?, ¿dice buen día?,será un buen día para usted, que pasa por esta calle y se va; pero no para nosotros... Fíjese en la desgracia que nos agobia: el sol todavía no acaba de salir y este viejo ya comienza a molestarnos con su armónica... ¡ese horrible sonidito me está minando los nervios...!, ¡parece un gato estrangulado...!
LECHERO: Ah... no sé; no lo había notado. Como todos los días es lo mismo, ni me había dadocuenta. (Trajina entregando la leche.)
MARTINA: ¿Cómo que no se había dado cuenta...? ¿Para qué tiene usted colgadas esas orejas inmensas, señor Lechero? Ni siquiera le sirven para escuchar nuestro tormento diario en esta cuadra...
LECHERO: (casi por compromiso.) En realidad, pensándolo bien, debe resultar un tanto molesto escuchar esa melodía todos los días...
MARTINA: ¡Claro que es molesto...!, desdeluego que es molesto que ese artefacto suene, y suene, y suene, un día, y otro, y otro... ¿o piensa que exagero? Ay, qué difícil es conseguir que me comprendan... todos ustedes son iguales, todos... seguramente usted también piensa que exagero. Claro, yo soy la exagerada, y él el inocente, soplando y soplando su artefacto... Yo, a este señor, ya lo hubiera echado de aquí hace rato, se lo aseguro,pero nunca falta algún tonto que te tiene lástima. Le tienen lástima a él, y a mí, que me coma un perro... (Cierra la puerta con violencia.)
LECHERO: Hasta mañana, doña Martina, digo yo, ¿no es cierto?... (Junta sus tarros y camina hasta lo de Rosita.)
ESCENA 3
ROSITA Y LECHERO, ALCOSTADO, EL ABUELO
(Antes de que alcance a tocar, la puerta se abre.)
ROSITA: Buen día, señor Lechero... Lo oíllegar y me alegré, porque José tiene que desayunar antes de ir a la escuela.
LECHERO: ¡Qué raro que me haya oído llegar, doña Rosita... ! Es increíble que pueda oír nada en esta cuadra, con el chillido espantoso que hace el gato estrangulado del Abuelo.
ROSITA: Por Dios, qué cosas dice usted... Me parece que hoy está de mal humor. No vaya a confundirse, no es ningún gato estrangulado. Es una armónica.¡Y suena tan bien!
LECHERO: A doña Martina le molesta mucho ese artefacto (remeda a Martina) que suena, y suena, y suena, un día, y otro, y otro...
ROSITA: Lo que pasa es que doña Martina es una señorita muy sola y casi siempre está triste... Oh, sí, yo creo que necesita compañía.
LECHERO: (Enamorado.) ¿Le parece?, ¿le parece que Doña Martina necesita compañía?
ROSITA: Claro que sí, señorLechero. Yo sé muy bien por qué se lo digo.
LECHERO: ¿Lo sabe, doña Rosita? ¿Lo sabe realmente?
ROSITA: Desde luego. Las mujeres sabemos mucho de esas cosas.
LECHERO: (Nervioso.) Y yo..., es decir, claro, digo yo, usted... usted cree que si yo le hablo a ella, si yo le digo...
ROSITA: (Le interrumpe.) La mejor manera de saber las cosas es preguntar, querido amigo... Tiene que animarse de una vez a...
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