La Moral

LA MORAL
La moral es la ciencia de los valores, que orienta e ilumina la conducta para que el ser humano pueda realizarse como persona, este proceso no se consigue dejándose conducir por las leyes del instinto.
Su evolución debe obtenerse a través de un aprendizaje, ya que no estamos programados por los mecanismos de la propia naturaleza para alcanzar tales objetivos. Toda ética ha exigidosiempre la muerte de lo espontáneo como un deseo incontrolable, para reconocer la realidad del otro.
Así, la mera instintividad del niño pequeño no es suficiente para regular un comportamiento humano. Desde el comienzo de la vida se impone una ascesis, como necesidad para evitar la anarquía del simple capricho. Se trata de que la conducta no se modele en función de las necesidades instintivas y seacepte la consiguiente renuncia imprescindible para una progresiva humanización.
Dimensión egoísta de la educación infantil
Sabemos que el niño es un ser profundamente egoísta desde el punto de vista psicológico y que reacciona, actúa y se comporta impulsado por las necesidades cercanas que busca satisfacer. El final de este proceso llevaría a una deshumanización progresiva, pues la motivación decualquier comportamiento se basaría en la búsqueda del placer que apagara su propia necesidad. La conducta humana quedaría entonces sometida al egoísmo del instinto, eliminando los otros valores que pudieran dignificarla
La educación no es posible sin una dosis de sacrificio para no dejarse llevar por el capricho inmediato, para tener en cuenta también la presencia y los derechos de otraspersonas. Pero al niño no se le puede imponer una renuncia repetida como ésta si no encuentra al mismo tiempo una recompensa, que desea mucho más que su propio placer. De esta manera, el proceso educativo del niño tiene mucho que ver con el fenómeno de la domesticación, siendo la recompensa a su correcta actuación el cariño.
Por este motivo, la ética, un determinado estilo de comportamiento, nace poruna imposición externa y autoritaria, cuya aceptación se explica por un egoísmo interesado. Porque el único criterio para distinguir la bondad de la malicia es el beneficio o la amenaza que experimenta.
Pero esta ética infantil se caracteriza por el hecho de que ignora las razones para actuar de una forma determinada.
Presiones posteriores en el psiquismo humano
La civilización impone tambiénuna serie de renuncias, como exigencias necesarias para vivir armoniosamente en sociedad.
La persona necesita sentirse aceptada por la comunidad en que vive, encontrar un grupo donde no se experimente como extraño. Sin esa acogida no podría desarrollar todas sus posibilidades ni superar el vacío impresionante de una existencia solidaria.
Este miedo a perder el cariño social puede modelarnuestra conducta de manera parecida a como sucede en el niño. El mayor castigo consistiría en caminar por la vida como seres solitarios, sin ningún calor. Así, el sometimiento a unas normas de conductas, a una forma concreta de pensar, es el precio exigido para no quedar marginados.
De esta manera, nos sometemos a los imperativos de la autoridad social, a unas normas de conducta, a determinadascostumbres sociales, simplemente porque la recompensa es el aprecio y la estima de los que nos rodean, conservando ese espacio que nos ofrece protección y seguridad.

Pero no todas las lealtades a los compromisos adquiridos con las instituciones o personas conservan una motivación limpia y razonable. Es posible que se quiera simplemente conservar el espacio en que se encuentran instalados. Tambiénaquí, como el niño, el adulto sabe cómo comportarse, pero desconoce los motivos que justifican su actuar. Es el sentimiento que sigue predominando sobre la razón.

La presión de la propia conciencia
Todo este conjunto de presiones, normas, imperativos, costumbres,... aceptadas experimenta un proceso de interiorización en la conciencia. Y este es un mecanismo de mucha importancia, porque si...