La muerte de quincas erro daguas
La muerte y la muerte de Quincas Berro Dágua
I Hasta hoy persiste cierta confusión en torno de la muerte de Quincas Berro Dágua. Dudas por explicar, detalles absurdos, contradiccionesen las declaraciones de los testigos. lagunas diversas. No hay claridad sobre hora, lugar y últimas palabras. La familia, apoyada por vecinos y conocidos, se mantiene intransigentemente en la versión de la tranquila muerte matinal, sin testigos, sin boato y sin palabras, acaecida veinte horas antes de aquella otra propalada y comentada muerte en la agonía de la noche, cuando la Luna se deshizosobre el mar y acontecimientos misteriosos ocurrieron en los muelles de Bahía.
Escuchadas, sin embargo, por testigos idóneos, ampliamente comentadas en las laderas y en las callejuelas recónditas, las últimas palabras, repetidas de boca en boca, representaron, en la opinión de aquella gente, más que una simple despedida del mundo un testimonio profético, un mensaje de profundo contenido (comoescribiría algún joven autor de nuestro tiempo).
Hubo testigos idóneos, como Mestre Manuel y Quitéria Ojo Asombrado, mujer de palabra; y a pesar de eso hay quien niega toda autenticidad no sólo a la admirada frase póstuma sino también a todos los acontecimientos de aquella noche memorable, cuando en hora dudosa y condiciones discutibles, Quincas Berro Dágua se zambulló en el mar de Bahía y partiópara nunca más volver. Así es el mundo, poblado de escepticos y pesimistas, atados, como el buey al yugo, al orden y a la ley, a los
procedimientos habituales, al papel sellado. Ellos exhiben, victoriosamente, el certificado de defunción firmado por el médico casi a mediodía, y con ese mero papel sólo porque contiene letra impresa y estampillas- pretenden borrar las horas intensamente vividas porQuincas Berro Dágua hasta su partida, por libre y espontánea voluntad, como declaró en alto y buen tono, a los amigos y otras personas presentes.
La familia del muerto-su respetable hija y su circunspecto yerno, empleado público de promisoria carrera; tía Marocas y su hermano menor, comerciante de modesto crédito bancario- afirma que toda la historia no pasa de ser un grosero embuste deborrachos inveterados, de atorrantes al margen de la ley y de la sociedad, sinvergüenzas cuyo paisaje debieran ser las rejas de la cárcel y no la libertad de las calles, el
Jorge Amado
La Muerte y la Muerte de Quincas Berro Dágua
puerto de Bahía, las playas de arena blanca, la noche inmensa. Cometiendo una injusticia, atribuyen a esos amigos de Quincas toda la responsabilidad por la desdichadaexistencia que éste vivió en sus últimos años, después de haberse convertido en disgusto y vergüenza de la familia. A tal punto, que no se pronunciaba su nombre ni se comentaban sus andanzas en presencia de los inocentes niños, para los cuales el abuelo Joaquim, de nostalgiosa memoria, había muerto hacía ya mucho tiempo, decentemente rodeado por la estima y el respeto de todos. Lo cual nos lleva acomprobar que hubo una primera muerte, si bien no física por lo menos moral fechada años antes; y que las muertes habrían sido en total tres, lo que hace de Quincas un recordman de la muerte, un campeón del fallecimiento, dándonos derecho a pensar que los acontecimientos posteriores desde el certificado de defunción hasta la zambullida en el mar- fueron una farsa montada por él mismo con la...
Regístrate para leer el documento completo.