La muerte de una mascota
A la memoria de todos mis perros y gatos
Cuando muere una mascota, muere una parte de nosotros mismos, pero adiferencia de la muerte de una persona, cuando quien fallece es nuestro perro con el que posiblemente compartimos penas y alegrías durante muchos años, o nuestro gatoquien nos acompañaba en largas y frías noches, no hay un Ceremonial que nos ayude a sobrellevar ese dolor.
No existe, como en el caso de los humanos, un Funeraldonde recibamos el cariño y las palabras de consuelo que suelen acompañarnos en esos momentos de tanto dolor, al contrario, muchas veces las personas que no compartennuestro amor por los animales, nos critican por estar sufriendo por la muerte de una mascota, porque ellos no entienden que quien murió fue un amigo que estuvo anuestro lado por mucho tiempo y con quien en ocasiones compartimos muchas cosas, hasta la comida.
Y el dolor es peor, cuando ignoramos cuál fue la suerte de nuestramascota, porque un día se perdió y no tuvimos ni siquiera el consuelo de haberlo atendido hasta el final o cuando no podemos disponer de sus restos una vez que hemos hechohasta lo imposible por salvarlo y hay quienes insensibles solo dicen: “tíralo a la basura”, sin entender que a un amigo no se le deja ir así.
Afortunadamente hoy endía ya nuestra sociedad poco a poco se sensibiliza y hay lugares donde incineran a nuestra mascota y nos entregan sus cenizas. Lindo será el día, cuando podamosacudir a un cementerio para mascotas, donde visitemos a quien fue nuestro compañero para refrendar nuestro amor y agradecimiento.
Leticia Camargo
Febrero del 2007
Regístrate para leer el documento completo.