La Muerte: La Gran Frontera

Félix Díaz es un hombre muy especial. A pesar de que no nos habíamos visto por casi 20 años, cuando llegué al lugar donde estaba la carpa en la que estaba manifestándose,, inmediatamente me reconoció. Nos conocimos en circunstancias difíciles para ambos, pues el cacique Sosa se había apropiado de las llaves de la capilla donde ellos se reunían y alegaba que, por ser él cacique, no podía serrelevado y nadie tenía derecho, sino él, a ingresar al edificio, una humilde construcción de madera (tipo casilla). No obstante, los miembros de esa congregación tenían sus reuniones en la capilla, pero Sosa tretenía las llaves. Recuerdo que tuve que entrevistar a Sosa (estimo que hoy está fallecido, en razón de su edad), ambos acompañados por guardaespaldas: los míos eran Ursino Díaz y Héctor Asijak(a la fecha también fallecido). Acompañando al cacique Qom estaba su hijo, un hombre de poderosa contextura física, una especie de gigante con cara de pocos amigos. La entrevista terminó en buenos términos, aunque se resolvió cambiar la cerradura porque el Sosa se negó a devolver las llaves.
Esa fue la única vez que ví a Félix Díaz, hasta hoy, casi veinte años después.
     Cuando lo ví hoy, loprimero que le pregunté fue qué la había pasado. Porque era un hombre muy pacífico, y era extraño verlo manifestarse en una protesta social con repercusión nacional como la que estaba encarando. Me contó que se cansó de ver que su pueblo, su comunidad en la reserva aborigen fuera discriminado y marginado constantemente, tanto en su comunidad religiosa, como fuera de ella. No obstante, siempremantuvo relaciones cordiales con todos en general.   Por ello encaró la defensa de los derechos de su pueblo, con la oposición de sus líderes religiosos y de una porción de su propia comunidad, muy comprometida con el gobierno provincial.
      La defensa del pueblo Qom es un fuego inextinguible en Díaz. Creo que una de las razones por las cuales él se unió a la Iglesia fue porque pensó que, a partirde la conversión de los suyos, la suerte de su pueblo cambiaría. Pero no fue así. Fue humillado, ignorado y, él, junto con su pueblo, cada vez  más postergado.
      Yo le pregunté qué esperaba él para su pueblo, y me dijo: -"Que nos den la oportunidad de progresar. El criollo, el hombre blanco no nos da la oportunidad de educarnos, de trabajar, de curarnos, de comer, de beber, porque allá en LaPrimavera ni siquiera agua tenemos. A nosotros nos discriminan sólo por ser indios. Hay algunos de los de nuestro pueblo que se han recibido de maestros de educación primaria bilingües (Español y Toba), y no pueden trabajar. No les dan trabajo porque son aborígenes"
      Con relación al conflicto actual con el gobierno de la provincia, me contó que el objetivo de su lucha es que les seanrestituidas las tierras de la reserva de su pueblo, que el gobierno provincial les arrebató. Si bien el gobierno no les quitó la totalidad de las tierras de la reserva, tomó una buena parte de ellas y las asignó: a un grupo de empresarios del palo para un emprendimiento turístico (alojamientos para turistas de aventura), a un ganadero local (pariente de la hermana Fanny Saucedo, del Barrio de Almagro,tengo entendido) y a la Universidad Nacional de Formosa, para un centro de investigación).
      Ante tal situación, Díaz y los miembros de su comunidad se reunieron y, en Asamblea popular, rlo nombraron epresentante suyo en la defensa de los intereses de su comunidad. Decidieron, además, cortar la ruta nacional 81, tengo entendido, y un juez provincial ordenó el desbloqueo con el auxilio de lafuerza pública. Esta medida es considerada ilegal por el hermano Díaz y quienes apoyan su causa, por cuanto al tratarse de una ruta nacional, el poder judicial provincial carece de jurisdicción para actuar. Distinta hubiera sido la situación si hubiese intervenido un juez federal. Intervino la policía provincial, actuando con una ferocidad y odio manifiestos en contra de los aborígenes. Recibieron...