la muerte;un amanecer
EnEstados Unidos, su patria adoptiva, goza de una gran reputación en el campo de la tanatología, a punto de que sus libros se han convertido en obras de imprescindible consulta para médicos y enfermeras.Admirada y respetada, no hay seguramente en el mundo una personalidad científica a quien se le hayan otorgado tantos títulos de doctor honoris causa.
Kübler-Ross ha permanecido cientos de horasjunto al lecho de enfermos moribundos, cuyos comportamientos, anotados minuciosamente, fueron bosquejados por la autora en cinco fases.
La integración de la idea de la muerte en el pensamiento de loshombres les permite erigir sus vidas de acuerdo con propuestas más conscientes, más meditadas, alertándolos sobre el uso que hacen de ellas, no derrochando «demasiado tiempo en cosas sin importancia».La muerte, que hasta el presente sólo infundía en el hombre moderno un pavoroso temor, de tal modo que se prefería ignorarla, rechazarla con pleno conocimiento, como la enemiga de la vida, vadejando de provocar espanto. Una mujer dedicada a la medicina, esta positiva criatura viviente, ha descubierto en el transcurso de sus investigaciones que no tenemos nada que temer de la muerte, pues lamuerte no es el fin sino más bien un « radiante comienzo».
Elisabeth Kübler-Ross declara que nuestra vida en el cuerpo terrenal sólo representa «una parte muy pequeña de nuestra existencia ». La vidano está pues, como las ciencias adeptas al materialismo lo dicen, limitada a una existencia única. Esta vida terrenal es más bien una minúscula parte de una existencia individual global que se proyectabastante más allá de nuestra vida de aquí abajo. ¿No nos transmite una sensación de tranquilidad saber que nuestra muerte no es el «fin», simplemente, la total aniquilación, sino que nos esperan......
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