La muerte, un hecho inevitable para cualquier ser mortal.
El ser humano desde épocas remotas se hapreguntado lo mismo y ha intentado buscar respuestas en todas las áreas existentes. Unos han buscado en las Sagradas Escrituras, otros a través de su intelecto o simplemente en el campo empírico. Perodentro de esta infinita búsqueda de qué habrá más allá, comenzó una nueva interrogante, una que cuestiona lo buscado en demasía, ¿Se podrá evitar la propia muerte?
Muchos han respondido bajo estainterrogante que uno hace su propio “destino”, que la base de todo lo que ocurre en específico, es producto único y exclusivo de la toma de decisiones. Que si un sujeto va a tomar determinado avión y no lohace por cualquier motivo que haga que su decisión cambiase, y por “cosas” de la vida aquel transporte aéreo cayese por los aires dejando un sinfín de vidas perdidas, para ellos, su decisión fuecrucial para evitar la fatalidad. Pero considerar las decisiones o acciones que hagan como algo fundamental en la desviación de tragedias, ¿Serán las principales para evitar fallecer de una u otramanera? Mirado desde determinadas perspectivas, se podría considerar correcto pero, no del todo, ya que no influiría de forma exponencial en el tema y no resolvería en sí el cuestionamiento planteado desdeun comienzo.
La muerte, según la Real Academia de la Lengua Española es la “Cesación definitiva de la vida”. Bajo esta definición, ¿Se podría decir que la muerte es algo inevitable? Al contrario,se infiere que los seres vivos hayan el fin de su existencia con la muerte, lo que la hace una acción totalmente inevitable pero, ¿Ello resuelve que el fin del destino esté ligado a las decisiones?...
Regístrate para leer el documento completo.