La mujer en el teatro mexicano


Pensamientos propios: una mirada
al teatro mexicano.

“La memoria de la mujer está en la Biblia. Aunque ella no haya sido la interlocutora de Dios. Esta memoria también se encuentra en los libros que la mujer no escribió. Una memoria que fue usurpada por los narradores cuando vedaron a la mujer el acceso al registro político de su experiencia. Y al convertirse ellos en los intérpretesúnicos de esta memoria, fatalmente se nutrieron de una red de intrigas, de diálogos amorosos, de confesiones hechas en el lecho de muerte, es decir: la materia preciosa depositada en el corazón femenino. En algún lugar de la mujer, y sólo ahí, se alojaron, para siempre, las espinas de las interminables peregrinaciones humanas por la tierra, sin las cuales ninguna obra de arte hubiera podido serescrita. Por eso la mujer puede muy bien proclamar, en nombre de la herencia que le cedió a la humanidad, ser ella la otra cara de Homero, la otra cara de Shakespeare, la otra cara de Cervantes.” (Nélida Piñón)

Corro el riesgo de exponer un tema que quizá en este foro la mayoría de ustedes haya superado. Si es el caso, me interesaría conocer a profundidad cómo es que han transitado por este camino ycuáles han sido las experiencias y repercusiones en el tema que quiero compartirles.

Esta es la primera vez que tengo la oportunidad de hablar en un encuentro de mujeres. No de mujeres de la escena, que en México hasta donde tengo entendido nunca ha sucedido, sino de mujeres. Así, sin adjetivos. En México, como en gran parte de la cultura latinoamericana, las mujeres no hemos accedido aespacios relacionados con la vida cultural y artística en igualdad o similitud de circunstancias a las de los hombres. Lejos de mirar esto como una suerte de victimización, la idea es exponer aquí algunas de las diferencias con las que se ha caracterizado la participación de unos y otros, las dinámicas que han predominado desde mi particular visión del teatro en México. Para esto proporcionaré unaargumentación general de la plataforma teórica desde la que sitúo estas reflexiones.

Clifford Geertz en su texto “El antropólogo como autor” nos invita a reflexionar, entre otras cosas, acerca de la subjetividad y su relación con la escritura y el modo en el que esta es plasmada en las narrativas de las investigaciones. Ese lugar del “conocimiento situado” donde habrá que “despedir la objetividad”y explorar otras maneras de aproximarnos al abordaje y elaboración de las situaciones sociales.

Importa tanto lo que se dice como CÓMO y DESDE DÓNDE se dice.

¿Por qué deberían nuestros cuerpos terminar en la piel o incluir, en el mejor de los casos otros seres encapsulados por la piel? 1

Esta atómica pregunta de Donna Haraway nos invita a pensar sobre los límites del cuerpo en lostiempos posmodernos. Pero justo para contestarla en el contexto mexicano, debemos primero aceptar que somos una sociedad que aún está atrapada entre lo pre-moderno y una especie de limbo pantanoso que aun no termina de moverse más allá de los paradigmas del siglo pasado. Tendríamos que pensar en que todavía no superamos por completo el modelo normalizador, machista, heterosexista y conservador de lasociedad mexicana. La reconfiguración de este modelo todavía no es prioridad en la agenda del país.

Wanda Tommasi (2002) plantea que “el sexo no es neutro” y agrega:

si la diferencia sexual actúa en el lenguaje y en el saber como significante a nivel profundo y no sólo como significado que se tiene ante la vista, entonces será posible, descubrir sus huellas en la base conceptual de unpensamiento y de un autor, aun cuando los lugares en que brote explícitamente la cuestión de la diferencia sexual, en ese pensamiento y en ese autor, sean relativamente marginales o confusos, o aparentemente insignificantes.2

La escritura tiene el poder de nombrar la realidad y también de modificarla. El discurso construye al sujeto, existe una performatividad en el tema del género relacionada...