La Mujer En El C Mic
superhéroes
Al hablar de comics debemos recordar que nos referimos a un producto destinado a las masas, lo
que contribuye a la consolidación de una narrativa estereotipada, con personajes fijos y tramas
muy predecibles. Con el tiempo, estas convenciones van formando ideas, códigos de comportamiento y aceptación predefinidos, a menudo incuestionables, que continúan
propagando a través de las generaciones unos estereotipos masculinos y femeninos
estandarizados como un físico o una conducta que a menudo se identifica como "lo normal" .
Los cómics tienen, por tanto, tanta responsabilidad como los otros medios de comunicación a la hora de representar una imagen distorsionada de la realidad. Incluso en algunos aspectos son más
culpables. Después de todo, los cómics suelen tener como público objetivo una audiencia juvenil,
la cual se encuentra en una fase de desarrollo personal, psicológico y de adaptación con la
sociedad.
El peligro de la cultura de masas queda patente ante la posibilidad de bombardear a sus
consumidores con unos roles
correctos y aceptables, que varían como hemos visto en apartados
anteriores, según las circunstancias y las necesidades de los grupos dirigentes de la sociedad.
La evolución del rol de la mujer en los cómics de superhéroe, es tal vez uno de los ejemplos más
claros. Como bien sabemos es a partir de 1938 cuando aparecen los primeros superhéroes:
Superman en 1938, Batman en 1939, Capitán Marvel en 1940, Capitán América en 1941..., eran personajes a los que uno podía admirar,con sus coloridos uniformes, mezcla de ciencia ficción
y realismo social. Al principio, Los personajes femeninos no protagonizaban las historias sino
más bien eran fotocopias pálidas y débiles de sus compañeros masculinos. Algunos ejemplos
llamativos de las primeras heroínas fueron personajes como Supergirl, Batwoman, Batgirl y Miss Arrowette, ninguna podría eclipsar a los Supertipos masculinos, solo bastaba con conocer
sus aterrorizadores y estúpidos poderes. Mientras Miss Arrowette podía reducir a bandas de
criminales con su “potente” arco y flecha, Batgirl podía deslumbrar a los villanos reflejando los
rayos de sol con el espejo que llevaba en su polvera. Ni se diga de Supergirl un ser con un poder cercano al del propio Superman, que podía sacar planetas de su órbita, pasaba su tiempo
retozando con Super gato o Super caballo, o quizá enamorándose de los jóvenes de la Ciudad
Embotellada de Kandor, que siempre resultaban ser villanos que querían usarla para poder
vengarse de Superman.
Hubieron otras heroínas de muy corta vida como Fantomah, de la mano de la misma editorial
que creó a
Sheena, Fiction House, abrió la veda en febrero de 1940. Le siguieron otras como
Invisible Scarlett O’Neil, la Viuda Negra o la Mujer de Rojo. Eran años en los que las mujeres de
historias superheroicas o fantásticas sólo eran personajes secundarios o de muy corto recorrido.
Para entonces los personajes femeninos tenían mayor cabida en los cómics románticos. Como vemos en estos ejemplos los personajes femeninos siempre tenían personalidades y
poderes mucho más débiles. Por lo general ellas cubrían el rol de villanas o acompañantes. Y es
que aún en estos dos arquetipos o papel que protgonizaban las mujeres, también se veían
afectados por algún tipo de sexismo, y es que la hipersexualización de un hombre y una mujer
en el mundo del cómic no tiene el mismo valor.
Por un lado, empezaremos con el rol de la acompañante del héroe, la cual suele ser su novia, o
al menos aspira a serlo. Aunque es igual de bella que la villana, la novia se diferencia de ésta por
su bondad y por su buen corazón. Al contrario que sus rivales, juega limpio e intenta conquistar a
su hombre con cariño y con insistencia, nunca con "malas artes". Curiosamente esta calidez y ...
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