La musica de betoven

Uno de los mayores atributos de la música, se dice, es saber interpretar sus silencios. El crítico italiano Claudio Casini afirmó que la música en la actualidad es más consumida quecomprendida: “cualquier publicista se la apropia para vender con más eficacia salchichas o detergentes”. Y si bien tal afirmación es cierta, la música no está destinada únicamente a aquellosque han estudiado su técnica y conocen sus sinuosidades. Falta un ingrediente esencial: la pasión que la música despierta –más allá de su pertenencia genérica– en la sensibilidad de quienescucha. Desde esta perspectiva, esta nueva edición de Escrito sobre música se revela como un ejercicio fundamental no solo para ampliar nuestras fronteras estéticas en lo musical sinotambién para comprender la delicadeza oculta de su secreto. Diego Fischerman apela para ello a una refinada erudición que entronca a la perfección con una prosa fluida y bella, que le permitedesplazarse con elegancia por todo el arco del diapasón sonoro. Así, se desplaza de Monteverde a Bowie, de Mahler a Coltrane, de Chico Buarque a Schönberg, y en fin, de Cage a Lennon yMcCartney o Spinetta. Cada ensayo es una pequeña luz que ilumina al siguiente y este, al todo. Con hallazgos especiales, donde repasa la íntima conexión entre música y literatura (Ishiguro ylos nocturnos, Proust y Venecia, Ravel y Echenoz). Pasión y lucidez resumen esta obra clave de Diego Fischerman, que seguramente encenderá nuevos fuegos en lectores y oyentes secretos. Elautor, que desgrana la tentación de sucesivas revoluciones a lo largo del libro, construye la suya en esta nueva edición. “Como suele suceder con la mayoría de los estudios sobre músicaque valen la pena, lo más sugestivo de Fischerman es su aguda capacidad para armonizar contemplación sensorial con intervención intelectual: ojo crítico, mirada de fan.” Los Inrockuptibles