La musicalidad del ser humano

INTRODUCCIÓN.

En el presente trabajo, trataré de arrojar algo de luz a un tema que relaciona íntimamente un campo de la ciencia muy en boga en nuestros días, como es la neurociencia, la explicación de nuestros sistemas de percepción y el funcionamiento del cerebro en ese sentido; junto con un aspecto de la humanidad que ha fascinado a propios y extraños desde tiempo inmemorial: la música. Peroesta relación no tiene un carácter meramente expositivo o explicativo, sino que tratará de desmontar una creencia más o menos aceptada desde el inicio de su estudio hasta hace relativamente poco, y es la consideración de la música y de todos los hechos musicales como la capacidad ideal de un genio creador que sabe descifrar códigos ocultos el universo para el resto de los mortales y los lanza alos oyentes para su admiración y comprensión. Esta superstición ha hecho que la inmensa mayoría de la gente considere que no tiene “musicalidad”, que la música es algo exclusivo para gente que ha estudiado mucho y que además están tocados por una especie de varita mágica. Según esta separación entre música (o músicos) y “el resto de las cosas y personas del mundo” ha hecho que tradicionalmente sehaya visto como un don, como un regalo de la naturaleza o algún tipo de ser sobrenatural que ha dotado ciertos individuos de un talento y un prodigio asombrosos. Y que además, sólo algunos están capacitados para escuchar y, sobre todo, comprender, ciertos tipos de música. Aún en nuestros días se construye ese prejuicio y un gran número de personas consideran a la música, si no como algo extraño,ajeno, superfluo o innecesario, como algo incomprensible, exento de connotaciones racionales y como terreno vedado para la mayoría de nosotros.
Lógicamente, mi afán demostrativo tiene que basarse en demostraciones científicas, pero parece que según ciertos datos evolutivos, históricos, sociales y físicos, la música es algo absolutamente inherente al ser humano, forma parte de su experiencia paradesenvolverse en el medio. Eso no quiere decir que a lo largo de la historia no haya habido grandes músicos, grandes “genios” que provoquen nuestra admiración y deleite, pero eso no quiere decir que la música sea algo externo y apartado de nuestras funciones básicas como seres vivos. La cuestión, de hecho, no es tan simple, ya que intervienen factores de todo tipo, especialmente culturales, quederivan en la formación de numerosos y complejos prejuicios, incluso en la mentalidad y las ideas de algunos investigadores y divulgadores. La prevalencia de la música occidental sobre el resto, la mayor “perfección” de determinados sistemas o escalas musicales, la confrontación entre tonalidad y atonalidad, la relación de la música con el placer, la consideración mística de la música…son muchaslas opiniones y muchos los siglos en los que una cantidad ingente de factores externos, e incluso intereses económicos, religiosos o estéticos han condicionado esencialmente estos planteamientos, y por ello, abstraerse radicalmente de ellos tiene su complejidad. Desde la archiconocida teoría de la música de las esferas de Pitágoras y todos sus seguidores prácticamente hasta los siglos XVII y XVIII,la música ha sido “utilizada” como herramienta de justificación, de exaltación o menosprecio en su ámbito más teórico, cuando, quizá, meramente, sea una capacidad y desarrollo lingüístico que hemos adquirido de forma sociocultural y cerebral, y todos los conceptos que tenemos sobre ella hoy deriven más de construcciones sociales que hacen que sea vista como algo ciertamente inaccesible. Porsupuesto, “todo el mundo escucha música”, pero a lo que me refiero es que hay una distinción social categórica entre gente que compone y comprende la música (e incluso la estudia) y gente que simplemente la “toma” en su vida porque es algo que “está ahí”. Con este trabajo, intento, desde mis escuetas posibilidades, tratar de buscar respuestas negativas a esa distinción, basándome en aspectos más...