La nacion criolla
También es la primera mañana del siglo XIX. En España, la madre patria, se vio convuelta en una situación de corrupción creciente en las esferasdel estado y participación continua en guerras continentales y transnacionales.
Los privilegios concedidos, en canje, a las colonias, llegaron solo tarde y concuentagotas, y siempre en función del provecho que la metrópoli podía sacar de ellos.
Una retorica dura, autoritaria e innecesaria puntuo de vez en cuando al discursogeneralmente progresista de la corona española-
En mexico, caracas o en buenos aires, el criollo e su balcón podía quejarse de que cada vez pagaba mas impuestos, sin recibiradecuada representación política o acceso a la función publica.
La monarquia borbónica aumentaron el apetito criollo para comerciar mas, y mas directamente con otras partesdel mundo.
¿Quién compraría ponchos o espuelas fabricados en el interior de argentina, si podia adquirirlos, mas baratos, mejores y mas rápidamente, importándolos deInglaterra?
El siglo XVIII fue testigo de varias revueltas populares, unas de ellas protagonizadas por negros, otras por indios, pero todas ellas de corta duración.
Elcriollo hispanoamericano, cada vez mas enajenado respecto a la metrópoli españolapero también respecto a su propia mayoría nacional, se vio obligado a tomar la iniciativaantes de que la monarquia o el pueblo se la arrebatasen.
Esto es lo que se propuso a hacer la nación criolla, con la esperanza de que el arco de sus justificacionesmorales, políticas, jurídicas, nacionalistas y aun sentimentales, acabaría por abarcar tanto la necesidad continuada de la monarquia española respecto a sus colonias
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