la nacion
¿Así que no has visto nada?
EMILIA
Ni visto ni oído y nunca he sospechado.
OTELO
Sí, los has visto juntos a Casio y a ella.
EMILIA
Pero no vi nada malo, y oí
cada palabra que salió de sus bocas.
OTELO
¡Cómo! ¿No secreteaban?
EMILIA
Nunca, señor.
OTELO
¿Ni te mandaban que te fueras?
EMILIA
Nunca.
OTELO
¿Ni a traerle el abanico, losguantes,
el antifaz, ni nada?
EMILIA
Jamás, señor.
OTELO
Sorprendente.
EMILIA
Señor, apostaría el alma a que ella
es honesta. Si pensáis otra cosa,
desechad esa idea: os está engañando.
Si algún infame os lo ha metido en la cabeza,
¡caiga sobre él la maldición de la serpiente!
Si ella no es honesta, pura y fiel,
no hay hombre dichoso: la esposa mejor
es másvil que la calumnia.
OTELO
Dile que venga. Vamos.
Sale EMILIA.
Ésta habla bien, Pero boba sería la alcahueta
que no hablara así. ¡Y qué puta más lista!.
Comentario [L38]: Otelo se refiere a
Llave y candado de viles secretos;
Desdérnona (la alcahueta es Emilia, como
se ve en el verso anterior).
aunque se arrodilla y reza. Se lo he visto hacer.
EntranDESDÉMONA y EMILIA.
DESDÉMONA
Señor, ¿qué deseas?
OTELO
Ven aquí, paloma.
DESDÉMONA
¿Cuál es tu deseo?
OTELO
Deja que te vea los ojos.
Mírame a la cara.
DESDÉMONA
¿Qué horrible capricho es éste?
OTELO [ a EMILIA]
Tú, mujer, a lo tuyo. Deja en paz
a los que van a procrear. Cierra la puerta
y tose o carraspea si viene alguien.
¡Tu oficio, tu oficio!¡A cumplir!
Sale EMILIA.
DESDÉMONA
Te lo pido de rodillas: ¿Qué significa
lo que dices? Entiendo el furor de tus palabras, mas no las palabras.
OTELO
Pues, ¿quién eres tú?
DESDÉMONA
Tu esposa, señor. Tu esposa fiel y leal,
OTELO
Vamos, júralo y condénate, no sea
que, siendo angelical, los propios demonios
teman apresarte. Conque doble condena:
juraque eres honesta.
DESDÉMONA
Bien lo sabe el cielo.
OTELO
El cielo bien sabe
que eres más falsa que el diablo.
DESDÉMONA
¿Cómo soy falsa, señor? ¿Con quién, para quién?
OTELO
¡Ah, Desdémona, vete, vete, vete!
DESDÉMONA
¡Dios bendito! ¿Por qué lloras?
¿Soy yo la causa de tus lágrimas, señor?
Si acaso sospechas que mi padre
intervino en tu orden de regreso,a mí no me culpes. Si tú le perdiste,
yo también le perdí.
OTELO
Si los cielos me hubieran puesto a prueba
con padecimientos, vertiendo sobre mí
toda suerte de angustias y deshonras,
sumiéndome hasta el labio en la miseria,
cautivos mis afanes y mi ser,
habría hallado una gota de paciencia
en alguna parte de mi alma. Pero, ¡ay, convertirme en el número inmóvil que laaguja
del escarnio señala en su curso imperceptible!
Aun eso podría soportar, aun eso.
Mas del ser en que he depositado el corazón,
que me da vida y, si no, sería mi muerte,
del manantial de donde brota o se seca
mi corriente, ¡verme separado
o tenerlo como ciénaga de sapos inmundos
que se juntan y aparean ... ! Palidece de verlo, paciencia, tierno querubín de labiosrosados.
¡Sí, ponte más sañudo que el infierno!
DESDÉMONA
Señor, supongo que me crees honesta.
OTELO
¡Oh, sí! Como moscas de verano en matadero,
que nacen criando. ¡Ah, flor silvestre,
tan hermosa y de olor tan delicado
que lastimas el sentido! ¡Ojalá
no hubieras nacido!
DESDÉMONA
Pero, ¿qué pecado he cometido sin saberlo?
OTELO
¿Se hizo este bello papel, estehermoso libro,
para escribir en él «puta»? ¿Qué pecado?
¿Pecado? ¡Ah, mujerzuela! Si nombrase
tus acciones, mis mejillas serían fraguas
que el pudor reducirían a cenizas.
¿Qué pecado? Al cielo le hiede, la luna
cierra los ojos; el viento sensual,
que todo lo besa, enmudece
en la cóncava tierra y no quiere oírlo.
¿Qué pecado? ¡Impúdica ramera!
DESDÉMONA
Por Dios,...
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