la naturaleza
Para entrar en soledad un hombre necesita tanto retirarse de su habitación como de la sociedad. Yo no soy solitario mientras leo y escribo, aunque nadie está conmigo.Pero si un hombre quiere estar solo, que mire a las estrellas. Los rayos que brotan de estos celestes mundos le separarán de las cosas vulgares. Cualquiera creería que se hizo la atmósferatransparente con objeto de dar al hombre, en los celestes cuerpos, la perpetua presencia de lo sublime. Vistos desde las calles de las ciudades, cuán grandes son! Si las estrellas apareciesen una noche cada milaños, ¡cómo los hombres creerían y adorarían en ellas, y cómo conservarían por espacio de muchas generaciones el recuerdo de la ciudad de Dios que se les había mostrado! Pero todas las noches salenestos predicadores de la belleza y alumbran el Universo con su sonrisa amonestadora.
Las estrellas excitan cierta reverencia, porque, aunque siempre presentes, son siempre inaccesibles; mas todoslos objetos naturales producen una impresión análoga cuando el espíritu está dispuesto a recibir su influencia. La Naturaleza nunca ostenta apariencia mezquina. Ni el hombre más sabio descifra todo susecreto pierde su curiosidad al descubrir toda su perfección.
La Naturaleza nunca llega á ser un juguete para los espíritus discretos. Las flores, los animales, las montañas, reflejaron toda laprudencia de sus mejores horas tanto como habían deleitado la sencillez de su infancia.
Cuando hablamos de la Naturaleza de este modo, tenemos en la mente un sentido distinto, pero más poético. Damos áentender la integridad de la impresión producida por múltiples objetos naturales. Esto es lo que distingue los nudos de un bastón del que tala un bosque del árbol del poeta. El encantador paisajeque vi esta mañana está indudablemente compuesto de unas veinte ó treinta fincas. Miller posee este campo, Locke aquél, y Manning el arbolado de más allá.Pero ninguno de ellos posee el paisaje. Hay en...
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