La Noche De Los Gatos

Páginas: 10 (2482 palabras) Publicado: 8 de noviembre de 2015
LA NOCHE DE LOS GATOS
Fiel a la cita, Lucrecia entró con las sombras, hablando de gatos. Ella misma parecía una hermosa gata de Angora bajo el rumoroso armiño que le llegaba a los pies y disimulaba sus movimientos. ¿Estaba desnuda dentro de su envoltura plateada? —¿Gatos, has dicho? —Gatitos, más bien —maulló ella, dando unos pasos resueltos alrededor de don Rigoberto, quien pensó en un astadorecién salido del toril midiendo al torero—. Mininos, micifuces, michis. Una docena, quizás más. Retozaban sobre la colcha de terciopelo rojo. Encogían y estiraban las patitas bajo el cono de luz cruda que, polvo de estrellas, bajaba sobre el lecho desde el invisible cielorraso. Un olor a almizcle bañaba la atmósfera y la música barroca, de bruscos diapasones, venía del mismo rincón del que salióla dominante, seca voz: —Desnúdate. —Eso sí que no —protestó doña Lucrecia—. ¿Yo ahí, con esos bichos? Ni muerta, los odio. —¿Quería que hicieras el amor con él en medio de los gatitos? —Don Rigoberto no perdía una sola de las evoluciones de doña Lucrecia por la mullida alfombra. Su corazón empezaba a despertar y la noche barranquina a deshumedecerse y vivir. Mario Vargas Llosa Los cuadernos dedon Rigoberto 9 —Imagínate —murmuró ella, parándose un segundo y retomando su paseo circular—. Quería verme desnuda en medio de esos gatos. ¡Con el asco que les tengo! Me escarapelo toda de acordarme. Don Rigoberto comenzó a percibir sus siluetas, sus orejas a oír los débiles maullidos de la menuda gatería. Segregados por las sombras, iban asomando, corporizándose, y en el incendiado cubrecama, bajola lluvia de luz, lo marearon los brillos, los reflejos, las pardas contorsiones. Intuyó que, en el límite de esas extremidades movedizas se insinuaban, acuosas, curvas, recién salidas, las uñitas. —Ven, ven aquí —ordenó el hombre del rincón, suavemente. Al mismo tiempo, debió de subir el volumen porque clavicordios y violines crecieron, golpeando sus oídos. ¡Pergolesi!, reconoció don Rigoberto.Entendió la elección de la sonata; el dieciocho no era sólo el siglo del disfraz y la confusión de sexos; también, por excelencia, el de los gatos. ¿Y acaso no había sido Venecia, desde siempre, una república gatuna? —¿Ya estabas desnuda? —Escuchándose, comprendió que la ansiedad se apoderaba de su cuerpo muy deprisa. —Todavía. Me desnudó él, como siempre. Para qué preguntas, sabes que es lo quemás le gusta. —¿Y, a ti también? —la interrumpió, dulzón. Doña Lucrecia se rió, con una risita forzada. —Siempre es cómodo tener un valet —susurró, inventándose un risueño recato—. Aunque esta vez era distinto. —¿Por los gatitos? —Por quién, si no. Me tenían nerviosísima. Me hacía la pila de los nervios, Rigoberto. Sin embargo, había obedecido la orden del amante oculto en el rincón. De pie a sulado, dócil, curiosa y anhelante, esperaba, sin olvidar un segundo el manojo de felinos que, anudados, disforzados, revolviéndose y lamiéndose, se exhibían en el obsceno círculo amarillo que los aprisionaba en el centro de la colcha llameante. Cuando sintió las dos manos en sus tobillos, bajando hasta sus pies y descalzándolos, sus pechos se tensaron como dos arcos. Los pezones se le endurecieron.Meticuloso, el hombre le quitaba ahora las medias, besando sin premura, con minucia, cada pedacito de piel descubierta. Murmuraba algo que a doña Lucrecia, al principio, le habían parecido palabras tiernas o vulgares dictadas por la excitación. —Pero no, no era una declaración de amor, no eran las porquerías que a veces se le ocurren —se rió de nuevo, con la misma risita descreída, deteniéndose alalcance de las manos de don Rigoberto. Éste no intentó tocarla. —Qué, entonces —balbuceó, luchando contra la resistencia de su lengua. —Explicaciones, toda una conferencia felinesca —se volvió a reír ella, entre grititos sofocados—. ¿Sabías que lo que más les gusta en el mundo a los michis es la miel? ¿Que llevan en el trasero una bolsa de la que se saca un perfume? Don Rigoberto olfateó la...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • gat gat gat
  • Gatos
  • Gatos
  • Soy gat
  • Gatos
  • Gatos
  • Gato
  • La Gata

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS