La noción de autarquía aplicada a la eudaimonía en Ética Nicómaco I 7

Sabemos que, en rigor, el tema central que ocupa gran parte de EN es la pregunta acerca de qué es o en qué consiste la eudaimonía. Para intentar responder a ese interrogante, seleccionaremos ciertos pasajes del Libro I que logren mostrar, por así decirlo, algunas de las características más específicas que Aristóteles señala como propias la eudaimonía. En particular, el rasgo que más nos interesaacentuar es el de su condición de fin último, completo y autárquico, a partir del cual se estructura la vida práctica del hombre. De hecho, la primera vez que se presenta la noción de eudaimonía en EN es para dar respuesta al interrogante acerca de “[…] cuál es el bien al que decimos que tiende la política, esto es, cuál es el más alto de los bienes que se pueden realizar en la acción.” Debemosaclarar que la noción de bien debe ser tomada, bajo el contexto de la ética aristotélica, como equivalente a la noción de fin, pues según la siguiente definición básica, introducida por Aristóteles como una opinión compartida, “[…] el bien [es aquello] a lo que todas las cosas tienden.” A partir de ello, podría interpretarse que se trata de un único bien, pero inmediatamente se comprende que noes así, puesto que siendo muchas las actividades de los hombres, ya sean prácticas o productivas, también serán muchos los fines, pues cada acción particular tiende a un fin particular que la motiva.
Ahora bien, existe entre los fines de las actividades ciertas diferencias, puesto que el fin que cada una de ellas persigue se subordina al fin de otra actividad , constituyendo así una sucesiónescalonada de fines que sirven como medios para otros fines. En lo que sigue a la argumentación, Aristóteles advierte, como condición necesaria, la existencia de un fin último que debe ser deseado por sí mismo y no en tanto medio para otro fin, pues en ese caso el proceso se extendería al infinito, ya que todos los fines serían siempre medios para otra cosa y todo deseo que promueva una acciónsería, en última instancia, vano. De este modo, podemos observar que la existencia de aquel fin último no se deduce en forma directa de la existencia de fines particulares, al contrario, se trata más bien de dar cuenta de la necesidad de que exista un fin último que comprenda y de unidad a todos aquellos fines que se subordinan a él.
Hasta aquí parece quedar claro que la vida práctica del hombre seestructura de acuerdo a un fin o bien último que, a diferencia de otros fines, no se persigue como medio para otra cosa, sino por sí mismo.
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Tal como habíamos anticipado, la respuesta acerca de cuál sea aquel fin último que pueda ser considerado como el más alto de los bienes que se puedan realizar en la acción, llegará recién al inicio de EN I 4 donde Aristóteles sostiene que “[…] la mayoríaestá más o menos de acuerdo en el nombre, pues tanto el común de los hombres cuanto los instruidos dicen que es la dicha [eudaimonía], y entienden que vivir bien y obrar bien es lo mismo que ser dichoso. Pero discrepan acerca de lo que la dicha es […]” Lo primero que podemos extraer de este pasaje es, a grandes rasgos, que si bien muchos coinciden en que el fin último de la vida práctica es laeudaimonía, concebida aquí como un vivir bien, en cambio, disienten en cuanto al contenido de la misma, ya que para algunos la dicha es el placer, la riqueza o los honores.
Por el momento, dejaremos de lado la discusión acerca de cuáles son las distintas respuestas dadas, así como también la propia concepción de Aristóteles en cuanto al contenido que se atribuye a la eudaimonía, para atenderahora a la caracterización formal de la misma. En una primera instancia, y de acuerdo a lo desarrollado hasta aquí, se hace posible admitir que una de esas características formales es su condición de fin último de la vida práctica, a la cual Aristóteles agrega el carácter de fin completo y autárquico.
Este fin último, al que tienden las diversas actividades de la vida práctica, y del cual ya se...