Las alegorías nacionales y la parodia se vinculan por contraste: cuanto más acartonada es la alegoría, mayores posibilidades de imitaciones burlescas, que se aparten del referente fosilizado, unejemplo notable es el texto Maestras argentinas, de Fontanarrosa donde parodia dos alegorías nacionales canonizadas: El matadero y El gaucho Martín Fierro.Otra alegoría paródica, si me permiten el crucede expresiones, es La Nona, de Roberto Cossa (por citar ejemplos de manual).El relato fantástico también se abre a la interpretación alegórica, El eternauta, por ejemplo, admite una lectura alegóricaen la medida que se lo contextualice en el marco político puntual al cual alude vedadamente.La metamorfosis, también expresa en la figura del monstruo la alienación de la familia burguesa frente alavance del proletariado.En Lafferti es notable cómo opera la ironía en la ciencia ficción, una mordaz crítica a los sistemas sociales y de educación, armando mundos extraterrestres que son alegóricos dela estupidez terrestre, incorporando así, una crítica más global del ser humano.
Son innumerables los cruces y menjunjes que se pueden hacer en función del principio de ordenamiento por época, porgénero, por región, por ingreso reciente al canon escolar, etc, dependerá de las concepciones personales respecto de lo que se considera conocimiento literario en determinado contexto.
Ahora bien, sinos apartamos un poco de la alegoría como figura de la retórica clásica, vemos que se puede tomar el camino inverso: más allá de la intencionalidad del autor de trabajar con alegorías o de las obrasalegóricas en sí mismas, están los modos de leer literatura , se pueden leer obras que aparentemente no intentan inmiscuirse en lo alegórico, bajo esa clave.Por ejemplo, Ducaroff discute con Sarlo quelos escritores del grupo Shangai están despolitizados frente al caos del 2000, y afirma que," Por el contrario, son buenos observadores de su sociedad.Si esos relatos parecen estáticos, esto...
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