La Odisea

Fragmentos sobre la Odisea de Homero

De él nacido me dice mi madre, mas yo por mí mismo
no lo puedo saber: ¿qué mortal reconoce su sangre? (Telémaco)

Al mostrarse la Aurora temprana de dedosde rosa
Generosa es tu sangre, hijo mío, se ve en tus palabras (Menelao)

sólo el alma, escapando a manera de sueño, revuela
por un lado y por otro (Madre de Ulises)

Estas noches sin fin nosdan tiempo
al reposo y al gusto de buenos relatos; no tienes
para qué antes de hora marcharte a acostar; también cansa
demasiado dormir (Eumeo)

Mas si Ulises
regresara de pronto y llegase al paísde sus padres,
al momento esa puerta, con toda su anchura, se haría
para ti bien estrecha al huir por el porche a la calle. (Ulises)

mas sus ojos
mantuviéronse fijos: de cuerno diríanse o dehierro
sin ningún parpadeo, pues supo engañar a su llanto.
De este modo increpó al corazón en su pecho y le hizo
que quedase en entera obediencia y sufriéndolo todo
sin consuelo.
si el sueño en lasnoches nos toma,
que una vez que nos cierra los ojos ahuyenta el recuerdo
de venturas y males; no obstante, el destino me envía
tristes sueños también (Penélope)

Pero Femio, el cantor que a susgustos forzado tenían
los galanes, trataba a su vez de esquivar la ruina.
Allí estaba de pie, con la lira sonora en las manos,
junto al mismo portillo: dudaba en su mente si habría
de escapar dela sala y venir a sentarse en el patio
junto al ara de Zeus, al que Ulises y el viejo Laertes
habían ido otro tiempo a quemar tantos muslos de toros,
o lanzarse implorante a abrazar las rodillasdel rey.
Oyó aquello el discreto Medonte, que estaba debajo
de un sillón, encogido y cubierto con una reciente
piel de vaca queriendo esquivar a la parca sombría.
Viendo el ama el montón de loscuerpos y aquel mar de sangre,
gran hazaña a su ver, estalló en un clamor de alegría.
Fue primero la lucha ganada a los cícones, luego
su venida a la tierra fecunda en que comen el loto
más los...