La Ofensiva De Los Aspectos
Matt Burns
LA OFENSIVA DE LOS ASPECTOS
He asesinado a uno de los míos.
El pensamiento azotó a Nozdormu el Atemporal en el momento en el que observó el dragón
Bronce disecado. Zirion se había marchitado y se había convertido en una cáscara cuyo tamaño
era la mitad del original. Las heridas cubrían su cuerpo desde la cabeza hasta la cola. En lugar
desangre, arena dorada manaba de las heridas en corrientes interminables sobre las que
resplandecían imágenes fantasmagóricas de su vida que aún no habían acontecido. Su futuro
se escaba a borbotones como desangrándose.
Nozdormu dio varias zancadas a través de uno de los solitarios picos del Monte Hyjal para
aproximarse a Zirion, y cada momento de la historia se arremolinaba entre las escamasrefulgentes del Atemporal. Mientras se acercaba al dragón moribundo, una profunda
sensación de impotencia lo inundó por completo. Un velo impenetrable había descendido
sobre los portales del tiempo, uno que ni siquiera él, el Aspecto del Vuelo Bronce y el Guardián
del Tiempo, podía penetrar. El pasado y el futuro, elementos que otrora reconocía con
claridad, aparecían sumidos en la confusión.―¿Dónde essstán los otrosss? ―Nozdormu estiró su gran cuello hacia Tick, que se encontraba
a su lado. La leal dragona había transportado a Zirion sobre su lomo desde la guarida del Vuelo
Bronce en las Cavernas del Tiempo a la mayor de las velocidades, una hazaña solo posible
gracias al estado marchito de su pasajero.
La respiración de Tick aún era entrecortada, debido al esfuerzo.
—Volviósolo.
—¿Cómo es posible? ―Nozdormu gruñó lleno de frustración―. He enviado a doce al pasado.
¡A doce!
Había encargado a sus agentes que investigasen el inquietante estado de los portales del
tiempo, pero ahora no podía evitar tener la sensación de que les había enviado a la muerte. Se
suponía que tras volver al tiempo presente, los dragones debían encontrarse con el Atemporal
en la cima delHyjal exactamente a mediodía. Hacía ya tiempo que había pasado ese momento
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cuando Tick, que no fue enviada a los portales del tiempo, había llegado con Zirion a su
espalda.
—¿Qué vissste, Zirion? ―Nozdormu realizó la pregunta mientras comenzaba a entrelazar
hechizos para revertir la huida de las arenas del tiempo del cuerpo del otro dragón.
—Temo que haya perdido la fuerza parahablar —afirmó Tick.
El Atemporal apenas la había escuchado. Estaba ocurriendo lo imposible: su magia no surtía
efecto alguno. Sus acciones habían sido predichas y contrarrestadas por una hechicería igual
de poderosa. Un único ser en todo el plano material poseía la previsión y la capacidad para
vencer al Aspecto del Vuelo Bronce en el reino del tiempo...
—Cuando volvió por primera vez delos portales del tiempo —prosiguió Tick, vacilante—,
contó lo que vio. Independientemente de a dónde quisieran viajar en la historia, siempre
acababan en el mismo punto del futuro… la Hora del Crepúsculo.
Nozdormu bajó la cabeza y cerró con fuerza los ojos. Era justo lo que se temía. Las hebras del
tiempo se habían unido y se habían visto arrastradas hacia el apocalipsis. En ese oscuro einerte futuro, incluso el Atemporal encontraría su final. Al menos, eso era lo que él creía. Hacía
varias eras, cuando el titán Aman'Thul le otorgó el dominio sobre el tiempo, Nozdormu
también tomó conciencia de su propia desaparición.
—¿Quién le ha provocado essstas heridas? —El Atemporal conocía la respuesta, pero deseaba
estar equivocado y quería creer que lo que había visto no fuese más queuna anomalía.
—Ha sido el Vuelo Infinito y su… líder —Tick apartó su mirada de la de Nozdormu.
He asesinado a uno de los míos. Esas palabras acusatorias retumbaban en la mente del
Aspecto.
En otro tiempo pensaba que el Vuelo Infinito no era más que un síntoma del comportamiento
errático del tiempo. Sin embargo, y pese a resultar inconcebible, se había percatado de que él
y sus...
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