la paradoja del comediante
P A R A D O J A D E L
C O M E D I A N T E
D E N I S
D I D E R O T
CON UN ESTUDIO PRELIMINAR DE
JACQUES COPEAU
Título del original francés:
PARADOXE SUR LE COMEDIEN
Ediciones elaleph.com
Editado por
elaleph.com
1999 – Copyrigth www.elaleph.com
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LA PARADOJA DEL COMEDIANTE
reflexiones de un comediante sobre
" la paradoja" de Diderot
por
Jacques Copeau3
DENIS DIDEROT
Un concepto elevado del papel del actor se asocia, en Diderot, a la nobilísima idea que éste sustenta
acerca del teatro.
El arte del actor -dice- exige "gran número de
cualidades que la naturaleza reúne tan pocas veces
en una misma persona, que abundan más los grandes autores que los grandes comediantes". (Dictionnaire Encyclopédique. Article Comédien).
"No conozco estado algunoque exija formas
más exquisitas, ni costumbres más honestas que el
teatro". (Deuxiéme Entretien sur le Fils naturel).
Diderot llega hasta a encarar un resurgimiento
teatral, desde el punto de vista del actor, y llega
hasta hacerlo depender del artista mismo. Porque si
el poeta confiara únicamente sus obras a hombres
respetables, tendría que respetarlos, primeramente. Así
ganaría en pureza, endelicadeza, en elegancia. Y,
junto con él, saldría ganando el público.
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LA PARADOJA DEL COMEDIANTE
Uno se siente conmovido al ver cómo honra un
espíritu selecto, a los servidores de la escena, exigiendo previamente de ellos una nobleza que les
cree obligaciones.
Mas apenas dirige la mirada a la condición del
actor y a su carácter, Diderot desciende al pesimismo más extremo. Para "una profesión tanhermosa",
sólo ve surgir vocaciones en "la falta de educación,
la miseria, el libertinaje". Deplora que ninguna doctrina saludable sea puesta en práctica para despertar
aquello que la naturaleza no produce por sí misma:
"Si vemos tan pocos grandes actores -dice- es debido a que los progenitores no destinan sus hijos al
teatro; es porque éstos no se preparan mediante una
educación comenzada en lajuventud; es porque una
compañía teatral no es (como debiera serlo en una
comunidad en la que se otorgase a la función de hablar a los hombres congregados para ser instruidos,
entretenidos, corregidos, con la importancia, honores y recompensas que tal función merece), una corporación formada, como las demás comunidades,
por gente proveniente de todas las familias de la sociedad y llevados a escenatal como se dedican a
servir, al palacio, a la iglesia, por propia elección o
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DENIS DIDEROT
por gusto y consentimiento de sus tutores naturales".
Diderot podía agregar que los más propensos a
sanas aspiraciones, entre los estudiantes de arte escénico, los menos rebeldes a la disciplina son también, a menudo, los menos dotados. Podía preguntarse si la intensidad de esas dotes no está enrazón
inversa a cierta inteligencia y ciertas virtudes, y si,
por lo mismo, los actores más distinguidos, si bien
prestan al teatro el brillo de su personalidad, no serán, por regla general, los peores enemigos del arte
dramático.
Diderot los consideraba "ridículos, cáusticos y
fríos, fastuosos, disipados, disipadores, interesados,
aislados, vagabundos, vanidosos, insolentes, envidiosos, presuntuosos",etc... Duda de que esa gente
desdeñable posea un alma. Y, para terminar: "Están
excomulgados... -dice-. ¿Creéis que las huellas de tan
continuo envilecimiento puedan ser nulas y que,
agobiada bajo el fardo de la ignominia, pueda un
alma ser tan firme como para sostenerse a la altura
de Corneille?".
No es ya a la condición, sino a la naturaleza del
actor que él dirige sus ataques. Y no es a lanaturaleza corrompida por la función que Diderot instruye
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proceso, sino que declara a la función en decadencia
a causa de la naturaleza viciada del artista. Encontramos rencor en este juicio. Es tan apasionado como, en su autor, es grande su amor al teatro.
"Tengo en alta estima el talento de un gran artista -escribe Diderot-, pienso con melancolía que ese
hombre es...
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