la paz de colombia
Los acuerdos de paz –a partir de su firma en La Habana- significarán el fin de la lucha armada de lasFarc. No del Eln. Tampoco el fin de las farcrim ni de las bacrim. Subsistirán el narcotráfico y las mil caras de delincuencia organizada y común, también política. Subsistirán las causas y efectos de laviolencia, causas objetivas y subjetivas.
Proseguirá la violencia, el conflicto armado y las amenazas terroristas. La insurgencia y la contrainsurgencia. La rebeldía y la autodefensa. Todo esto losabemos y resabemos, pero preferimos mirar hacia otro lado.
Promover y mediatizar el plebiscito como si lo fuese entre paz y guerra no tiene lógica ni sustento algunos en este contexto y con actoreslegales e ilegales dentro y fuera de los acuerdos. Lo obvio y manifiestamente útil sería consultar a los colombianos si estos acuerdos son los que deben ser o debe arribarse a otros. Aunque lleve sutiempo. La paz debe quedar bien hecha, a la medida de todos, no a la medida e intereses de los firmantes.
No debería el país ser constreñido a responder la pregunta que no es, solo por evitarse lanecesidad de convocar nuevos y decisivos actores a la Mesa. A menos que...
A menos que la intención de quienes integran este exclusivista “neo-Frente Nacional” sea precisamente ahondar aún más lasgrietas que separan la “Unidad Nacional” del uribismo, el uribismo de las izquierdas, y todos los anteriores con las ‘autodefensas desmovilizadas’. Pero entonces ¿de qué paz y reconciliación estamos...
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