LA PAZ SE CONSTRUYE
Ni la paz ni la guerra están en nuestra naturaleza humana. La primera es producto de nuestra voluntad y la segunda, producto denuestra incapacidad para resolver conflictos; también es una expresión de nuestra barbarie, cualquiera que sea el motivo que encontremos para justificarla.
Elhecho de que la paz no esté en nuestra naturaleza y que compromete nuestra voluntad implica que debemos esforzarnos para encontrar caminos no violentosque nos conduzcan al entendimiento mutuo.
Debemos oponer la paz a la guerra. Recuerden que la guerra es la situación en la que se pisotean con mayorbrutalidad los derechos humanos, donde se pierde el derecho supremo y básico, que es el de la vida; donde se ven seriamente amenazadas la integridad y la dignidadhumanas, así como la libertad en todas sus expresiones.
Para alcanzar la paz no es necesario que todos pensemos igual, que debamos ser sumisos o carecer devoluntad propia. En realidad, ni siquiera es necesario que apreciemos al otro.
La paz implica un esfuerzo, una energía vital que nos lleva a contener lasrespuestas violentas y a evitar que surjan; nos obliga a ser creativos en la búsqueda conjunta de soluciones; nos exige sacar lo mejor de cada uno paraponernos en el lugar del otro, tratar de sentir lo que el otro siente para hacerle saber lo que nosotros queremos y sentimos.
Algunas de las herramientas másefectivas para construir la paz son la tolerancia, la escucha viva, el rechazo sistemático a la violencia y sobre todas las cosas, nuestro sentido ético.
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