La pequeña cerillera (adaptación)

La pequeña cerillera

Había una vez, una niña muy pobre que no tenía ni hogar, ni familia, por lo que no le quedaba más remedio que vender cerillos en las frías calles de la codicia durante el invierno aplastante, pero la avaricia de la gente, no le permitió vender nada.
Mientras intentaba convencer a la gente de comprar su producto, se percató de una hermosa familia, que salía de unajuguetería y que a simple vista se le notaba una especie de aura resplandeciente, que irradiaba calor y ese cariño paternal que tanto anhelaba la chiquilla, además de esa sonrisa de oreja a oreja que traían los niños, sin duda por sus regalos.
Cautivada por la escena, la pequeña no se dio cuenta de que frente a ella un hombre la miraba, este la bajo de la lámpara sobre la que se hallaba, y la niñaexclamo:
-Señor, ¿sería tan amable de comprarme un…
El hombre se marchó sin siquiera terminar de escuchar a la pequeña, y la niña resignada siguió ofreciendo los cerillos:
-¡Cerillos, compre sus cerillos! ¡El mejor fuego para esta Noche Buena!
Vio a un hombre con una pipa apagada, y se acercó con esperanza:
-Señor, cómpreme un cerillo, le aseguro que no se arrepentirá.
Pero el tipo la ignoro yse fue inexpresivo.
La fría noche llego sin demora y el frio era intenso. La calle estaba abandonada en su totalidad, y las casas se veían más cálidas y acogedoras que nunca, pero la niña no se atrevía a tocar una sola puerta, sabía que la respuesta seria la misma.
-¡Tengo que hallar refugio o moriré de frio!- Se repetía continuamente la chiquilla.
De pronto vio un callejón oscuro y dijo:-¡Perfecto! Tal vez ahí sobreviva la noche- Y corrió a refugiarse.
Al llegar se dio cuenta de que era pequeño y helado, pero se conformó al ver que la calle ya estaba toda nevada y era lo mejor que podía encontrar.
El frio era tan intenso que no le quedó más remedio que encender uno de sus cerillos.
Al encender el primero, frente a ella apareció una gran chimenea, se tallo con fuerza los ojos y nodudo en acercar sus manos y pies.
Aquella visión no duro duró mucho, pues el cerillo se apagó y todo regreso al inicio, un callejón frio y oscuro, pero a ella no le gusto la realidad, y apresurándose se dijo a si misma:
-¡Necesito encender otro!, y un montón de nieve cayó sobre la caja de cerillos, ella lo sacudió y lo pensó un instante:
-¿Debería prenderlo?- Se preguntó mentalmente
-¡Sí!- Secontestó con la siguiente acción.
Tomó un cerillo, lo sacudió y la sorpresa para ella, fue que ya no veía una chimenea, sino un auténtico manjar digno de reyes. No sabía con que empezar y tomó con prisa una pierna de pavo, pero pronto, aquellas delicias no fueron más que humo y un cerillo apagado.
La niña saco otro de sus preciados cerillos, y al encenderlo vio un hermoso trineo, como bajado delcielo, tirado por dos bellos corceles. El viento, como si se tratara de magia, la elevo y la puso en el trineo, luego una manta la cubrió, ella no entendía lo que estaba pasando pero igual lo disfrutaba, de pronto los caballos se detuvieron en una hermosa casa y la niña bajó, se asomó por una ventana y toco la puerta, ¡Grande fue su sorpresa cuando vio a la persona que le abrió la puerta!, Era sumadre.
Pero la escena se esfumo en un abrir y cerrar de ojos. Ella dijo angustiada:
-¡Debo prender otro rápido!- Exclamo al aire.
Apurada, y sin saber porque, la pequeña tomo los últimos tres cerillos y los encendió. La ilusión tomo forma y continuo su fantasía, su madre la tomó en brazos y la llevo por la cálida casa, hasta llegar a el pino, el cual decoró encendiendo vela por vela con suscerillos, y abrazo a su madre con fuerza. Ella estaba feliz, tenía todo lo que quería, familia, hogar y alimento, como si se tratase de un sueño… claro que era un sueño.
De pronto se apagaron los tres últimos cerillos, y se dio cuenta de que agonizaba, entonces, sabiendo que ya no podía hace nada, se quedó ahí, triste y sola a esperar su muerte. La vida no era como ella esperaba.
Ahí estaba...