La pequeña laguna
La noche iba bajando su brillante cortina, el primer reflejo de la luna sobre el agua dejaba ver un sinfín de chispas traviesas que cruzaban la laguna como si nadamas importara.
A un costado, sobre la playa, se asomaba erguido y con una actitud imponente quien estaba al mando de la patrulla.
“Delante suyo esta lo desconocido; es una distancia nomuy larga pero una inmensidad absoluta, ya que nadie que haya intentado cruzarla regresó para contar que hay allí”.
Todos escuchaban atentamente y contemplaban atónitos, aquella masade agua tranquila y brillante, hasta podían ver la otra orilla casi al alcance de sus manos.
“Cuenta la leyenda que un gran remolino en su centro, hace que cada ser que intenta cruzarsea arrastrado hasta el fondo, donde no hay luz ni aire para respirar. Algunas veces, sus cuerpos aparecieron sobre la playa y se pudo contemplar con horror la consecuencia de la imposibletravesía, otras veces, simplemente desaparecieron y nunca mas se volvió a saber de ellos”.
Algunos, agacharon su cabeza en señal clara de un luto respetuoso hacia sus semejantesdesaparecidos, victimas de una maldad desconocida.
“Quizás nunca veamos lo que realmente hay en la otra orilla, ya que Dios, creador de todo lo que nos rodea, no nos permite verlo, a pesar deinterminables caminatas en las que, exhaustos, debemos regresar a nuestros hogares, derrotados por una distancia tan corta pero a la vez inalcanzable”.
Hubo un silencio casi ensordecedory todos, sin emitir sonido alguno, miraron hacia abajo.
La noche ya había llegado y el líder con tono suave y resignado, se dirigió a su patrulla una vez mas:
“Es imposible, debemosregresar, nuestras familias nos esperan”.
Dio media vuelta, cruzó entre todos sus semejantes y emprendió con desgano el regreso a la aldea.
Las demás hormigas en silencio, lo siguieron
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