La pianista

La pianista.
Y así dejo caer su débil cuerpo sobre aquella silla frente el piano,soltando también sus claros cabellos sobre sus hombros y sus delgados y finos dedos para que estos pasaran rozando cada tecla y así marcaran las notas en tonos suaves al ritmo de los demás instrumentos.Por primera vez en todas sus presentaciones su espalda estaba encorvada,y sus pies quietos en el piso sin hacer niun movimiento extravagante en el momento en que aquellas melodías aumentaban su volumen y por primera vez dejaba mostrar una sonrisa ladina ante los demás,de esas sonrisas que sólo son por obligación y no por el amor a la felicidad,de esas sonrisas que a ella tanto le cargaban.Su mirada estaba clavada en la pieza,vacia y de vez en cuando dejaba fruncir un poco su ceño cuando la concentración quese necesitaba era máxima.Pero a pesar del cambio de actitud de la muchacha en aquella noche,al final de la canción como en cada show el gran publico de las salas se levantaba con rapidez al escuchar la ultima nota para no parar de aplaudir por unos interminables segundos,y ella,sólo se quedaba neutra mirando como se desvanecían sus huellas junto a la poca alegría de vivir que le quedaban,y es queya no sentía lo mismo que al comienzo,había caído en la rutina,la pesada rutina.Aquellas cosquillitas,mariposas,que aparecían en su estomago al comienzo de cada concierto por nerviosismo se habían ido volando,aquella sensación de estar en un concurso de dedos bailarines,el hecho de que cada uno de los cabellos de sus brazos se erizara al ver sollozar a una mujer sentimental que había llegado almomento más emotivo de su tocata,hasta dejar lagrimear sus propios ojos en medio de una función por recordar a sus padres fallecidos que siempre le aconsejaban distintas cosas,todo eso ya no existía,y es que ella lo pensaba y pensaba y concordaba con otras personas en que era algo normal,en conclusión la soledad se había logrado apoderar de la más grande pianista del lugar,eso era algo que ellatenía realmente claro.Su madre y padre,músicos también,que tanto le habían dicho sobre la soledad que se llevaba a tener en aquel oficio,habían muerto,era hija única,sus amistades habían quedado en el pasado en el momento en que entro al rugro de la música y el viajar de ciudad en cuidad no ayudaba mucho a conocer el amor.Ella estaba molesta por ello,lo repetía una y otra vez,miles de veces habíatenido que dejar a atrás al amor de su vida por las leyes de un contrato el cuál tenía ganas de romper pero un miedo se apoderaba de todo su ser y no la dejaba vivir en paz.Y así levanto su ya mencionado débil cuerpo de aquella silla y con la calma más grande que podía tener camino hasta el publico,bajo a el escenario dejando a ver a todo el publico atónito una herida abierta en su pecho y la sangrecorriendo por la blanca camisa que llevaba puesta.Entonces sin que nadie pudiera hacer nada se dejo caer de rodillas sobre el frío suelo de manera que era el escenario y por sus poros se escapaba su sentimiento de liberación y satisfacción que la había logrado tener contenida durante unas cuantas horas.Pero sus ojos no aguantaron más y soltaron unas lagrimas mudas que sus labios tragaron al mostraruna ultima real sonrisa,de esas sonrisas que sólo das de vez en cuando,cuando la felicidad de verdad es completa,esas eran las sonrisas favoritas de la pianista,las que vienen del corazón y no del cerebro.

Monólogo de la pianista
“Toco desde que tengo memoria. Al parecer, siendo muy pequeñita, en una de las fiestas de mi madre, la oí tocar. Dice que me acerqué tanto al piano que tuvo quepedirme que me apartara un poco porque no la dejaba seguir. Yo miraba embobada cómo sus dedos largos pulsaban las teclas y cómo subían solas… Supongo que fue lo que llaman “amor a primera vista”. Mamá me subió a su falda y me puso las manitas encima del piano, y jugando con ellas como con las de una marioneta me hizo tocar una melodía. Me sentí casi como una diosa, creando música con unas manos tan...