La piedra azul

LA PIEDRA AZUL.
(Jimmy Liao)
Pasaron diez mil años, mil años, cien años, diez años y un año más…
La Piedra Azul yacía inmutable en el hondo del bosque disfrutando del trino de las aves, del
aroma de las flores al viento, del juego de la luz entre las frondas de los arboles.
Creía que permanecería ahí para siempre.
Pero un día el fuego arrasó el bosque.
De este a oeste y de norte a sur,las llamas ardieron durante meses.
La espesa humareda tiñó el mundo entero. Todo volvió a la nada.
En este mundo desolado sólo quedó una desnuda piedra negra.
La oscura Piedra yacía inmutable en la profundidad del bosque estéril,
como una ballena que perdió su océano.
Luego vino el temporal. Furiosas y despiadadas, las lluvias no cesaron durante siete semanas de luto.
Al terminar el diluvio,el cielo poco a poco recuperó su claridad; las oleadas de viento, su transparencia.
Las aguas deslavaron el hollín de la Piedra y revelaron su hermoso color azul.
El color y la armonía volvieron a este mundo baldío. La Piedra estaba convencida de que,
poco a poco, la vida correría por sus antiguos cauces.
Pero estaba equivocada…
Nunca imaginó que sería partida en dos y que abandonaría elbosque.
Su viaje apenas comenzaba, pero ya sentía nostalgia…
La Piedra Azul yacía silente en un cuarto inhóspito.
Un hombre de mirada penetrante estaba sentado junto a ella, absorto en sus pensamientos.
La luz que se filtraba por las ventanas hacía refulgir las motas de polvo que flotaban en el aire.
Año y medio después fue enviada a una ciudad lejana.
Llegó a un mundo lleno de bullicio.
Alverla, la gente quedaba maravillada sin poder apartarse de su lado.
Una fría noche de invierno, un niño que se había perdido le preguntó llorando:
-Querida Gran Piedra Elefante, ¿Sabes dónde está mi casa?
La Piedra Azul estaba sola en esa ciudad extraña.
Se sentía muy triste.
Quería volver a casa, a su hogar en el bosque.
A medianoche, un globo azul pasó flotando frente a ella y le hizorecordar a su otra mitad que permanecía
en el bosque. Un arranque de profunda nostalgia, capaz de partir el cielo y tierra,
hizo que la Piedra se quebrara al instante.
Hecha pedazos de nada servía. Vendieron la parte menos dañada a una anciana muy rica.
La anciana contrató a un gran artista para que hiciera una escultura con ella.
Nueve meses después fue llevada a un lugar aún más distante.La Piedra Azul llegó al callado y sereno jardín de la anciana. Era una mujer adinerada y bondadosa.
Quizá alguna vez tuvo todo lo que codicia la gente en este mundo, pero ¡qué sola se sentía ahora!
Cada mañana, lloviera, tronara o relampagueara, la anciana iba al jardín a sentarse junto a la Piedra Azul
y le contaba cosas en voz baja.
Una mañana en que las ráfagas de otoño ejecutaban su locadanza, la anciana se desmayó antes de llegar
por última vez a la Piedra; su mascada de seda azul –su preferida- quedó flotando en el viento.
Quería volver a casa, a su hogar tan lejano.
Recordó a su otra mitad. Un arranque de profunda nostalgia, capaz de partir el cielo y la tierra, hizo que la Piedra se quebrara al instante…
Transcurrido un año, desde lejos llegó el nieto de la anciana paradesbrozar el jardín devorado por la maleza.
El joven embarcó los fragmentos de Piedra Azul para enviarlos a la lejana tierra natal de su abuela,
a la orilla del mar.
Junto al puerto bullicioso, la Piedra Azul observaba el alegre zarpar y atracar de las barcas.
Día con día, una joven aguardaba el regreso de su amado en el muelle.
Día con día, el joven volvía y se fundían en un abrazo.
Seveían tan felices que daban envidia.
Un día, el marinero zarpó para no volver jamás. Pasó el tiempo.
Día tras día, desde el amanecer hasta el anochecer, la joven lo esperó en el muelle como siempre lo hacía.
Las olas se rompían contra los peñascos, un viento helado calaba a la Piedra Azul que miraba el inmenso mar.
Quería volver a casa; quería regresar a la calidez de su hogar.
En medio de...