la pobreza
Más allá de los números e índices de pobreza, que podíansubir o bajar dependiendo de los buenos o malos años económicos, parecería que existía una suerte de perverso convencimiento en algunos sectores de la sociedad de que la pobreza tenía mucho que ver conuna falta de cultura de trabajo o ganas de progresar simplemente. Y que, por lo tanto, era hasta cierto punto normal la existencia del fenómeno.
Es decir, se trataría más bien de una cuestióncultural, por lo que llevará su tiempo para cambiar y en todo caso habrá que derivar el problema a la educación para que lo solucione todo en el largo plazo.
Mientras, la concentración debía estar en elcrecimiento económico que, en definitiva por el "efecto derrame" que tiene, iría generando un proceso de reducción de la pobreza de manera casi automática.
Es decir, en el corto y mediano plazo,el tema pasaba más bien por la economía.
Como siempre ocurre, la forma en que leemos la realidad orienta nuestras acciones, y si bien las cosmovisiones mencionadas pueden explicar en parte elproblema de la pobreza y cómo enfrentarlo, están lejos de encarar la problemática real desde una perspectiva más profunda, estructural y sistémica.
Y, por lo tanto, las respuestas han sido más queinsuficientes y de muy relativo impacto en términos generales.
Además, ya debería quedar claro -luego de los buenos años que tuvo el Paraguay- que el crecimiento económico es una condición necesariapero no suficiente para atacar seriamente la pobreza.
Sin embargo, ¿están cambiando las cosas ahora? El tema del combate a la pobreza se ha vuelto el eje central del discurso político y del propiosector privado.
Esta es, sin duda, una buena noticia, pues la grave cuestión toma relevancia, se vuelve pública, se debate y obliga a actuar en consecuencia, buscando mejores resultados de lo que...
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