La Poes A Posrom Ntica

La poesía posromántica
Literatura española
del Realismo y el Naturalismo

• PROLONGACIÓN DE LA SENSIBILIDAD Y LOS TEMAS
ROMÁNTICOS
• LA RENOVACIÓN DE LAS DOLORAS Y PEQUEÑOS
POEMAS DE CAMPOAMOR
• LA POESÍA PREBECQUERIANA

Oda
¡Ay Carlos! Ya en mi frente
siento brotar de inspiración la llama;
agítase mi mente,
mi corazón se inflama...
¡Quiero cantar! ¡Engrandecer mi fama!…
[…]
Yo venceré aldestino;
levantaré mi sien sobre la nada,
y espléndido camino
a mi ambición osada
habré del cielo en la región sagrada.
 
Con Dios sentarme quiero;
su santo horror mi corazón no asombra;
huelle yo el gran sendero
tras tanta y tanta sombra,
por manto el sol, los mundos por alfombra.
[Francisco Zea,
Obras en verso y prosa, 1858]

Caspar David Friedrich, El caminante sobre el mar
de nubes, 1817-1818.Problema
Ciego, ¿es la tierra el centro de las almas?

Quiero, dejando hipótesis a un lado,
una duda exponer, y es la siguiente:
«¿Por qué cruza la tierra el inocente,
de espinas o de sombras coronado?

¿Por qué feliz y próspero, el malvado
alza orgulloso la atrevida frente?
¿Por qué Dios, que es el bien, mira y consiente
el eterno dominio del pecado?
¿Por qué, desde Caín, la humana raza,
sometidaal dolor, con sangre traza
la historia de sus luchas giganteas?

Leonardo Alenza,
El mono ermitaño, 1840-1845.

Y si es ficción la gloria prometida,
si aquí empieza y acaba nuestra vida,
¿por qué, implacable Dios, por qué nos creas?
[Gaspar Núñez de Arce,
Gritos del combate, 1875]

Invocación
Señor, tú eres la luz! –Desde la cumbre
do ardiendo centelleas,
con los destellos de tu sacra lumbre
laoscurecida inmensidad sondeas.
Excelso te levantas
del orbe sobre el ámbito extendido
pobre escabel de tus augustas plantas;
y entre inmortales coros de victoria,
de tu esplendor ceñido
sol apareces de la eterna gloria.
Escúchame Señor! Débil y ruda
en su ferviente anhelo
sube a morir mi voz, de asombro muda,
al resonar en tu encumbrado cielo.
Creador, nítido rayo
de tu sagrado fuego, en míderrama:
haz que sacuda tan mortal desmayo;
y de entusiasmo generoso hirviente,
su engendradora llama
la inspiración encenderá en mi mente.
[Antonio Arnao, Himnos y quejas, 1851]

XVI
Las campanas repican
tocando a gloria;
los ángeles sonríen,
mis ojos lloran.
Y es que a la gloria eterna
va otro ángel bello,
y el corazón de un padre
por siempre ha muerto.
XXVI
Del balcón a las flores
todos los días,Viene una blanca y suelta
mariposilla,
desde que ha muerto
mi dulce niña.
No sé qué me da al verla,
y, en crueles ansias,
la pobre madre dice:
«¿Si será su alma?»
Santiago Rusiñol,
La niña de la clavelina, 1892.

[Ventura Ruiz Aguilera, Las elegías, 1862]

A la Nochebuena
Como en el día de la fausta boda
O en el que el santo de los padres llega,
La turba alegre de los niños juega,
Y en la ancha salala familia toda
De noche se congrega.
La roja lumbre de los troncos brilla
Del pequeño dormido en la mejilla,
Que con tímido afán su madre besa;
Y se refleja alegre en la vajilla
De la dispuesta mesa.

A su sobrino, que lo escucha atento,
Mi hermana dice el pavoroso cuento,
Y mi otra hermana la canción modula
Que, o bien surge vibrante, o bien ondula
Prolongada en el viento.
Mi madre tiende lasrugosas manos
Al nieto que huye por la blanda alfombra;
Hablan de pie mi padre y mis hermanos,
Mientras yo, recatándome en la sombra,
Pienso en hondos arcanos.

[Vicente W. Querol, Rimas, 1877 – ed.
aumentada en 1891]

Recuerdo
¡En mis brazos murió! Boca con boca,
bebí anhelante su postrer aliento,
que, aumentando por grados mi tormento,
desde entonces el alma me sofoca.
Yo mismo la vestí. Mudocual roca,
sin lanzar un gemido ni un lamento,
cumpliéndole un sagrado juramento,
negro manto le puse y blanca toca.
Hoy, cuando la amargura me enloquece,
una dulce visión de aspecto santo
con hábito monjil se me aparece.
Compasiva me mira; y cuando el llanto
mis párpados cansados humedece,
las lágrimas me enjuga con su manto.
[Federico Balart, ¡Dolores!, 1894]

Mariano Fortuny,
La señorita Del...