La Polis En El Teatro De Esquilo

Leonardo AZPARREN GIMÉNEZ:
La Polis en el teatro de Esquilo: una interpretación.
Caracas, Monte Avila Editores Latinoamericana, 1993.
Leonardo Azparren Giménez es uno de los más destacados críticos teatrales de Venezuela. La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires acaba de acordarle una distinción, justamente, por sus trabajos de crítica teatral. Licenciado enFilosofía, tuvo a su cargo hasta hace poco tiempo la dirección del complejo cultural Teresa Carreño, el más importante del país. A tales tareas suma la de profesor de Teatro Griego en la Escuela de Arte de la Universidad Central de Venezuela. Es autor de El teatro venezolano y otros teatros (Monte Avila, 1979), Cabrujas en tres actos (1983), Teatro en crisis (1987). La obra que motiva esta reseña fuepublicada en Caracas por Monte Avila Editores Latinoamericana en 1993 y es resultado de la investigación de “un crítico de teatro que enseña teatro en cuanto teatro”, no la “de un helenista”, aclara Azparren Giménez en el Prólogo, no para justificar “las deficiencias y omisiones” detectables sino “para advertir sus propósitos y alcances”. Su mayor “originalidad” reside “en el empeño de ver a Esquilocomo dramaturgo y no como exponente privilegiado del pensamiento de su época”, ya que, coincidiendo con Oliver Taplin (The Stagecraft of Aeschylus, 1977), “para los griegos ‘la representación era la obra’”. Esquilo, Sófocles y Eurípides “escribieron para ser vistos, no leídos”.
Con la intención de ofrecer un aporte a la no muy abundante bibliografía sobre la producción trágica de Esquilo existenteen castellano, Leonardo Azparren Giménez lleva a cabo su cometido apoyado por la lectura de los trabajos críticos de especialistas como el ya citado Oliver Taplin, Albin Lesky, H.D.F. Kitto, entre otros, intentando analizar dicha producción mediante el seguimiento casi minucioso del “curso de la acción dramática de cada obra”, de acuerdo con su propia “lógica dramatúrgica” para comprenderla yexplicarla, sin perder de vista que, por un lado, con independencia del lugar y época, “las imágenes dramáticas básicas son recreaciones imaginarias del mundo social y psicofísico contemporáneo”, y, por otro, que ese “enraizamiento” espacio-temporal del artista no hace que su obra se limite simplemente a reflejar esa doble dimensión, “sino que lo capacita para recrearla artísticamente” (pp.11-12).De acuerdo con el plan a desarrollar y con la perspectiva crítica que sustenta su análisis, Azparren Giménez destaca que en el relativamente breve lapso de un poco más de un siglo, la tragedia griega, y en especial la de Esquilo, se constituirá en la representación de la “existencia agónica de Atenas”, es decir, de la polis por excelencia, la cual dependería fundamentalmente de su integraciónarmónica con el oíkos, bajo el imperio de la díke, el rechazo de la hybris y la búsqueda de la areté. Para resaltar la presencia de la ciudad en las tragedias de Esquilo, Azparren Giménez no intenta un análisis sociológico, ya que Esquilo “es un poietés, no un ensayista ni, menos aún, un filósofo” (pp.22-23). Antes bien, Azparren Giménez considera que Esquilo testimonia dramáticamente el “paso de unaépoca antigua a otra nueva” siendo además “un protagonista militar y propulsor teórico de primera fila de ese paso y genio artístico que re-crea y re-presenta esa transición histórica” (p.28).
De acuerdo con Jaeger (Aristóteles, 1983), Azparren Giménez subraya en Persas la “importancia rectora” de la tragedia para no incurrir en hybris, mostrando “a los vencedores los comportamientos y las razonesde la derrota de los bárbaros” de modo que el espectador advierta “los peligros de atentar contra la libertad de otras polis” (p.29): “Los atenienses, que en la práctica habían comprobado la dike de su polis, llevados por la mano del poeta pasan a discutir el crimen de actuar contra ella con hybris” (p.31). Del mismo modo, Azparren Giménez destaca en Siete “la abrumadora presencia de la...