La prensa en una democracia auténtica

La prensa en una «democracia auténtica»

Si la democracia es una forma de gobierno –y organización estatal– en la que la titularidad del poder reside en la totalidad de de los miembros de lasociedad (y donde la toma de decisiones, por consecuencia, responde a la voluntad del conjunto de los individuos –libres e iguales– que la componen), entonces, una «democracia auténtica», acreditada decierta y positiva, no podría ser otra cosa que una «democracia directa»: una democracia en la cual cada quien se representa a sí mismo y participa activamente en la construcción del bienestarcomunitario; en otras palabras, una forma de gobierno participativa, de todos para todos, fundada en el autogobierno, en la que cada ciudadano, prescindiendo de representantes, tiene capacidad para proponer,debatir y votar, de un modo directo, todas las decisiones que atañen a la sociedad en la que vive.
Pero ante tal forma –utópica– de administración de la cosa pública, la prensa, en razón de que losperiodistas y los dueños de los medios de comunicación también serían «gobernantes», no podría actuar con grado alguno de independencia; y, por lo tanto, en virtud de ese conflicto insoluble deintereses, no podría existir institucionalmente, dando paso a la proliferación de periodistas o comunicadores «esteparios».
O parias.
No obstante, si los periodistas y los dueños de los medios decomunicación se abstuvieran de tomar parte en ese «gobierno de todos para todos», merced a la inexistencia de órganos representativos, tampoco podrían dedicarse a deslindar responsabilidades individuales, o afiscalizar y cuestionar, con facilidad, las decisiones de ese poder político diluido.
Así, quizá la prensa intentaría devenir en el «segundo poder», pero enfrentado, ya no a un puñado derepresentantes, sino, a la totalidad de los miembros de la sociedad, hecho que sería, por lo demás, complicado.
O Imposible. Pues un simple plebiscito podría acabar con sus aspiraciones de control y...