La presa
Escrita poco más de veinte años después de la Guerra del Pacífico, en la época post-ocupación estadounidense del territorio, La presa podría ser considerada, de acuerdo con lo señalado, como en parte autobiográfica: si no tanto en loanecdótico, en lo que deriva de la vivencia cercana de la guerra, de la deshumanización que provoca, de la crueldad que conlleva y se manifiesta en los que habitan en ambas partes del conflicto por más marginales que sean, el absurdo que vuelve visible y doloroso como un golpe que deja tullido.
Esta novela corta evoca, en un riguroso pretérito indefinido, un pequeño pueblo rural ubicado en un valleremoto y boscoso similar al de la Isla de Shikoku donde pasó su infancia Oé, y cuenta, a partir de la perspectiva de un niño (lo cual no significa, como se le critica, que el que narre sea un chico; dados los tiempos verbales, todo podría tratarse del recuerdo de quien revive la experiencia para intentar comprender o manifestar la incomprensión, para expresar culpas e intentar reconstruir), un niñojaponés sin nombre que bien podría ser todos los niños japoneses en esas circunstancias, cómo una guerra (la Guerra del Pacífico, la Segunda Guerra Mundial) pasa de ser algo remoto para el poblado a formar parte de su cotidianidad de manera velada, cómo esto trastoca la vida del pueblo y es vivido por los habitantes.
Tras años de relativo atraso socioeconómico y existencia al margen de losconflictos bélicos, el pueblo en donde acontece la historia, que ya había hecho su tributo a la guerra enviando a sus hijos jóvenes, es visitado por ésta cuando un avión enemigo se estrella contra la ladera de la montaña. Un sólo tripulante sobrevive y es capturado, convirtiéndose a partir de entonces en “la presa” de la cual el pueblo tiene que hacerse cargo hasta que lleguen instrucciones delayuntamiento de la ciudad más cercana. A partir del momento en que rodean sus tobillos con la cadena de una trampa para cazar jabalíes, en el soldado negro comienza un proceso de animalización que está dado por la mirada que tiene el pueblo sobre él, y el pueblo comienza el proceso de adaptación a la presencia de la nueva criatura. Así, en principio se procede con cautela, con el miedo que se le tiene alo desconocido; luego, con respeto; finalmente, con la familiaridad con la que se trataría a “un animal tierno y dócil”. El pueblo se acostumbra a la presencia de ese soldado negro-animal sin habla inteligible, se quiere acostumbrar, e intenta volver a la vida de antes: las mayores retornan a sus ocupaciones cotidianas; “la presa” es asimilada y a la postre se le deja vagar sin cadenas; losencargados de cuidar del prisionero se vuelven los niños ociosos que, en parte guiados por las opiniones paternas, en parte apoyándose en un mecanismo defensivo contra lo Otro, no tratan al soldado como un humano, sino como un animal, y aunque magnífico, exótico e idolatrado, lo convierten así en una bestia: lo “ceban”, limpian sus heces, lo bañan, le ofrecen una hembra como compañía sexual; tan sólo...
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