La Promesa
Hoy
EN DfA los hombres advierten con frecuencia que sus vidas
privadas son una serie de añagazas. Se dan cuenta de que en sus
mundos cotidianos no pueden vencer sus dificultades, y en eso mu
chas veces tienen toda la razón: 10 que los hombres corrientes saben
directamente y lo que tratan de hacer está limitado por las órbit.'1s
privadas en que viven; sus visiones y sus facultadesse limitan al ha
bitual escenario del trabajo, de la familia, de la vecindad; en otros
medios, se mueven por sustitución y son espectadores. Y cuanto
más cuenta se dan, aunque sea vagamente, de las ambiciones y de
las amenazas que trascienden de su ambiente inmediato, más atra
pados parecen sentirse.
Por debajo de esa sensación de estar atrapados se encuentran
cambios aparentemente impersonalesde la estructura misma de so
ciedades de dimensiones continentales. Los hechos de la historia
contemporánea son también hechos relativos al triunfo y al fracaso
de hombres y mujeres individuales. Cuando una sociedad se indus
trializa, el campesino se convierte en un trabajador, y el señor feu·
dal es liquidado o se convierte en un hombre de negocios. Cuando
las clases suben o bajan, un hombretiene trabajo o no 10 ticne;
cuando la proporción de las inversiones aumenta o disminuye, un
hombre toma nuevos alientos o se arruina. Cuando sobrevienen
guerras, un agente de seguros se convierte en un lanzador de cohe
tes, un oficinista en un experto en radar, las mujeres viven solas y
los niños crecen sin padre. Ni la vida de un individuo ni la his
toria de una sociedad pueden entenderse sinentender ambas cosas.
Pero los hombres, habitualmente, no definen las inquietudes
que sufren en relación con los cambios históricos y las contradic
ciones institucionales. Por lo común, no imputan el bienestar de
que gozan a los grandes vaivenes de la sociedad en que viven. Rara
vez conscientes de la intrincada conexión entre el tipo de sus pro
pias vidas y el curso de la historia del mundo, loshombres corrien
tes suelen ignorar lo que esa conexión significa para el tipo de
hombres en que se van convirtiendo y para la elase de actividad
histórica en que pueden tener parte. No poseen la cualidad men
tal esencial para percibir la interrelación del hombre y la sociedad,
de la biografía y de la historia, del yo y del mundo. No pueden
hacer frente a sus problemas personales en formas queles permi
tan controlar las transformaciones estructurales que suelen estar
detrás de ellas.
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LA PROMESA
No es de extrafiar, desde luego. ¿En qué época se han visto
tantos hombres expuestos a paso tan rápido a las sacudidas de tan
tos cambios? Que los norteamericanos no hayan conocido cam
bios tan catastróficos como los hombres y las mujeres de otras
sociedades, se debe a hechoshistóricos que ahora se van convir
tiendo velozmente en "mera historia". La historia que ahora afecta
a todos los hombres es la historia del mundo. En este escenario y
en esta época, en el curso de una sola generación, la sexta parte
de la humanidad de feudal y atrasada ha pasado a ser moderna,
avanzada y tcmible. Las colonias políticas se han liberado, y han
surgido nuevas y menos visibles formas deimperialismo. IJay re
voluciones, y los hombres sienten la opresión interna de nuevos
tipos de autoridad. Nacen sociedades totalitarias y son reducidas
a pedazos ... o triunfan fabulosamente. Después de dos siglos de
dominio, al capitalismo se le señala sólo como uno de los medios
de convertir la sociedad en un aparato industrial. Después de dos
siglos de esperanza, aun la democracia formal estálimitada a una
porción muy pequeña de la humanidad. Por todas partes, en el
mundo subdesarrollado, se abandonan antiguos estilos de vida y
vagas expectativas se conviertcn en demandas urgentes. Por tod:ls
partes, en el mundo superdesarrollado, los medios de ejercer la
autoridad y la violencia se hacen totales en su alcance y burocrá
ticos en su forma. Yace ahora ante nosotros la humanidad misma,...
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