La pulsio, la sexualidad y el deseo

FICHA DE CATEDRA

Año 2007.

LA PULSION, LA SEXUALIDAD Y EL DESEO

Prof. Ricardo Gandolfo.

Sobre el concepto de pulsion

Suele decirse -muy rápidamente- que el psicoanálisis descubrió la sexualidad infantil y que, por este motivo, recibe el rechazo o la incredulidad del gran público. Lo cierto es que esta afirmación es ligeramente obvia: de la sexualidad infantil ya se teníansuficientes noticias en el momento de la aparición del psicoanálisis. El mismo Freud cita a Diderot quien afirma: “Si el niño salvaje estuviera abandonado a sí mismo, si conservara su debilidad y uniese a la falta de razón del niño de cuna las violentas pasiones del hombre de treinta años, le retorcería el pescuezo a su padre y se acostaría con su madre”1.
Más que el descubrimiento de la sexualidadinfantil, cabe al psicoanálisis la elaboración de una base conceptual muy compleja para explicarla, en la cual destaca claramente el concepto de pulsión.
Este concepto aparece citado por Freud por primera vez en el texto sobre el caso Schreber, donde define a la pulsiòn como un concepto fronterizo de lo somático respecto a lo anímico y como el “representante psíquico de poderes orgánicos”, mientrasque en Tres Ensayos para una Teoría Sexual (1905), en uno de los prólogos agregado en 1914, la define como la “agencia representante psíquica de una fuente de estímulos intrasomàtica”. Así la pulsion descansa en una suerte de concepto limite entre lo anímico y lo somático.
A nuestro entender más que límite habría que suponer una ausencia de éste, puesto que la distinción entre cuerpo y psiquismoresulta -al menos en este caso- claramente insuficiente.
Posteriormente, en Lo inconsciente (1915), Freud aclarará que una pulsion jamás puede ser objeto de la conciencia, sino que está en ella representada, pero tampoco en el inconsciente se encuentra la pulsiòn misma, sino sólo su representación, por lo cual cuando hablamos de una pulsión inconsciente, en realidad estamos hablando de una pulsiòncuya representación es inconsciente. La pulsíon parece, así, haber perdido su cualidad de mediación entre lo psíquico y lo somático, y haber sido confinada en el organismo. Ahora bien, un examen más cuidadoso muestra que el concepto mismo posee una ambigüedad tal, que se hace difícil ubicarlo topológicamente en alguna zona (orgánica, psíquica) del sujeto mismo. En realidad, la elaboración delconcepto de pulsiòn muestra que Freud combinaba de una manera novedosa elementos que procedían de lugares muy alejados discursivamente2.
En Pulsiones y sus destinos (1914), Freud comienza este texto con la aclaración de que una ciencia no se construye jamás sobre conceptos básicos claros y definitivos, sino que ella misma es una suerte de tanteo epistemológico, donde se proponen puntos de partida queluego serán abandonados o reformulados.
Los conceptos iniciales son más bien una suerte de convenciones que permiten pensar, de manera más ordenada, el material empírico del cual parecen proceder, pero en realidad les está sometido.
Uno de estos conceptos iniciales es, precisamente, el de pulsion, por el cual Freud quiere destacar el aspecto bizarro, extraño y decididamente no naturalista de lasexualidad humana, en contrapartida con el instinto, cuyos caracteres de meta, periodicidad y función, le aseguran un lugar entre los elementos biológicos del ser vivo.
Con la pulsiòn, por el contrario, pasa otra cosa.
Repartidas en una serie de zonas erógenas, esto es “bordes” o “agujeros” del cuerpo en los cuales se inician, las pulsiones recorren, por una exigencia de trabajo para la vidapsíquica3, un trayecto que, desplazándose en torno al objeto, alcanzan, finalmente, la satisfacción parcial, en la misma fuente.
Fuente, exigencia de trabajo, objeto, fin, son así los componentes esenciales de la pulsiòn, cuya diferencia con el instinto es, sin duda, evidente. En efecto, no sólo -a diferencia del instinto- no poseen un objeto predeterminado por la naturaleza, sino que también su...